La pornovenganza, el delito digital que más crece

La pornovenganza, el delito digital que más crece
24 agosto 2023 Laura L. Ruiz

Se trata de un delito que vulnera la intimidad de las personas, difundiendo sin permiso imágenes para extorsionar o vengarse de la víctima. La pornovenganza es uno de los delitos digitales que más crece

Las mujeres, víctimas de la pornovenganza

La pornovenganza o ‘revenge porn’, en inglés, es considerado el delito que se comete al publicar imágenes privadas sin consentimiento. Los canales de difusión pueden ser desde redes sociales o la mensajería instantánea hasta portales webs específicos. Se llama pornovenganza porque el despecho después de una ruptura o una infidelidad está detrás de muchas de las motivaciones de quienes lo realizan. Pero no es la única, ya que la extorsión por dinero también está detrás. 

Se trata, principalmente, de un delito que afecta especialmente a las mujeres. Una vez más, discriminaciones que tienen que ver con la tecnología como el doxing, la brecha tecnológica o el sexismo al programar, también llamado ‘brogrammer’. 

Esta pornovenganza se efectúa, ya que la exposición de imágenes íntimas como desnudos o escenas sexuales puede afectar especialmente a la reputación de la víctima. Y las nuevas tecnologías están empeorando el problema con imágenes falsas creadas por inteligencia artificial. 

Difusión de imágenes no consentidas, un delito perseguido

Para evitar que este delito pueda caer en la impunidad, está registrado en el Código Penal. En concreto, el artículo 197.7 dice que ‘será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año, o multa de seis a doce meses el que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales de aquélla que hubiera obtenido con su anuencia en un domicilio o en cualquier otro lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgación menoscabe gravemente la intimidad personal de esa persona’. 

Pese a esta regulación, la pornovenganza es el delito digital que más crece. Según un estudio del Observatorio de Violencia Digital y la Asociación Stop Violencia de Género Digital, el ciberacoso representa un 30% de los delitos de violencia digital y las publicaciones sin consentimiento de datos personales, imágenes y/o vídeos conseguidos de manera ilícita un 15%. Esto se engloba dentro de las cifras de violencia sexual que atentan cada año contra mujeres, hombres y menores. Según la Universidad de Barcelona, se producen más de 400.000 casos de violencia sexual, y 100.000 de estos involucran a menores de edad.

El delito digital que más crece

Volviendo a la pornovenganza, cabe destacar que su incidencia crece hasta el 35% de los casos. Le siguen un 30% de casos que responden al ciberacoso y el 15% de publicaciones sin consentimiento de datos personales, imágenes y/o vídeos conseguidos de manera ilícita.

Uno de los problemas para perseguir estos delitos, como otros sexuales, es la falta de denuncia. Desde la Asociación Stop Violencia de Género Digital señalan que el 90% de las personas afectadas no habría denunciado el delito, ya sea por desconocimiento o bien por no saber cómo hacerlo. Por eso ofrecen un sistema de denuncia especializado para los delitos digitales como la porno venganza. 

El perfil de delincuentes y medios usados

Respecto a delincuentes que cometen estos delitos, no hay un único perfil. Por rangos de edad, la pornovenganza se reparte así:

  • El 5% de los delitos son cometidos por menores de 18 años
  • El 10% por jóvenes de 18 a 24 años de edad.
  • El 15% por jóvenes de 25 a 30 años de edad.
  • El 25% por personas de 31 a 45 años de edad.
  • Y el 45% por personas de 46 a 60 años de edad.

Respecto a los canales donde se difunde, las redes sociales o la mensajería masiva son cada vez más frecuentes. Estas han sustituido otros canales para la pornovenganza como los sitios web de contenido sexual o páginas de venganza sexual específicos. Respecto a qué redes son las más usadas por los delincuentes, destaca Facebook (35% de los casos), Instagram (25%) o WhatsApp (15%). 

Qué hacer y cómo evitarlo

Es importante, como en otros delitos digitales, saber cómo podemos protegernos frente a ellos. Lo primero es no compartir fotos ni videos sensibles. Esto puede evitar que tanto personas conocidas como desconocidas lleguen a estos archivos y los utilicen en nuestra contra. También hay que saber que cuando se realizan video o fotos íntimas hay formas de blindar estos archivos. Ya sea evitando compartir en álbumes digitales, teniendo protegidos los dispositivos con contraseña, al igual que las carpetas donde almacenemos esas imágenes. Por último, estar al tanto de las tecnologías y los últimos fraudes

Si hemos sido víctimas de pornovenganza, debemos saber que ni somos culpables ni responsables. El delito es cometido por la persona o personas que difunden y comparten las imágenes. La violencia sexual genera gran desequilibrio emocional en la víctima e impacta directamente en su integridad psicofísica. Debemos apoyar a las víctimas en las etapas más vulnerables. Hablar con personal experto, abogacía o la policía para que no quede impune. Un paso inmediato también debe ser solicitar a los portales web que retiren la foto o video inmediatamente. Si lo logramos, hay empresas especializadas que pueden acelerar el proceso.

 


Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad

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