El caso Rubiales. Qué hacer en caso de acoso sexual de un superior

El caso Rubiales. Qué hacer en caso de acoso sexual de un superior
24 agosto 2023 Laura L. Ruiz

Ante el gesto calificado por muchos de ‘beso a la fuerza’ del presidente de la RFEF, analizamos qué debe hacer la empresa ante actos de acoso sexual de un superior a una o un trabajador.

Japan vs Spain – 2023 FIFA Women's World Cup Group C – 2

Rubiales y el beso forzado

Desgraciadamente, no solo ha habido alegría en el hecho histórico de que la selección absoluta de futbol femenino pase a la historia como campeonas al ganar el Mundial 2023 de Australia y Nueva Zelanda. En la entrega de medallas, un comportamiento inesperado e inexcusable arrebató el protagonismo a la proeza de las deportistas. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, coge la cabeza de una de las jugadoras, Jennifer Hermoso, y le da un beso en la boca

Rápidamente, muchos medios se hicieron eco del suceso y no dudaron en tacharlo de fuera de lugar. Muchos comprobaron que tanto la Ley del Deporte estatal como la RFEF tiene un protocolo que describe tanto lo que aconteció de acoso como las consecuencias que este acto debe tener. El protocolo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) contra la violencia sexual contempla “consecuencias inmediatas” para quien “bese a la fuerza” a otra persona y otorga competencias para adoptar las medidas que considere oportunas al Comité Asesor de Protección.

Protocolo contra la violencia sexual en el fútbol

En el artículo 14 del protocolo, concretamente en su apartado de ‘Situaciones, actitudes y comportamientos con la violencia sexual’, recoge en la categoría de acciones relativas al contacto físico “besar a la fuerza” como una “conducta inaceptable que conllevará consecuencias inmediatas”. Además, el documento especifica que el Comité Asesor de Protección podrá adoptar las medidas que considere oportunas ante comportamientos de este tipo. Un ejemplo de cómo el acto de Rubiales hace que podamos hablar de qué hacer en caso de acoso sexual de un superior.  

Además de besar en los labios a la futbolista Jenni Hermoso sin que la jugadora mostrara su consentimiento, Rubiales no dudó en celebrar de manera efusiva el trofeo con otras jugadoras. Una de ellas fue Athenea del Castillo, jugadora del Real Madrid, que vio cómo el presidente de la Federación la aupó a su espalda agarrando sus muslos. También se dieron otras situaciones violentas en las felicitaciones, atrayendo con los brazos y besando de forma excesiva a otras jugadoras como Salma Paralluelo o a Aitana Bonmatí. “Excesivo e inadecuado acercamiento en el contacto corporal”, dice otro de los renglones del protocolo que responde, sin duda, a estos momentos. Además, el mandatario federativo también ha sido afeado por su conducta durante los partidos, cuando no paró de gesticular tocándose los testículos en el palco ante jugadas decisivas. 

Conductas inaceptables, consecuencias inmediatas

“Estas conductas son inaceptables y conllevarán consecuencias inmediatas. El Comité Asesor de Protección, en el marco de sus competencias, y de acuerdo con el principio de proporcionalidad, adoptará las medidas que estime oportunas ante cualquier comportamiento que ponga en riesgo la salud y el bienestar de los/las deportistas”, especifica el protocolo de la Federación ante qué hacer en caso de acoso sexual de un superior.

La víctima del beso forzado en la boca, la jugadora Jennifer Hermoso, también se ha pronunciado: “Mi sindicato Futpro, en coordinación con mi agencia TMJ, se están encargando de defender mis intereses y ser los interlocutores sobre este asunto”, ha escrito en un comunicado. En ese mismo documento, el sindicato pide que la RFEF «implemente los protocolos necesarios, vele por los intereses de nuestras jugadoras y tome medidas ejemplares». Es por ello que consideran “esencial” que la selección española esté representada por «figuras que proyecten valores de igualdad y respeto». 

Primera denuncia y petición de dimisión

De hecho, el presidente de la Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol (Cenafe), Miguel Galán, ha sido el primero en pedir al Consejo Superior de Deportes (CSD) la apertura de expediente al presidente de la RFEF por el beso forzado a Hermoso. Lo considera “un acto sexista intolerable en el deporte”, según recogen en The Objective.

De la misma manera, han sido muchos políticos que se han pronunciado al respecto. Desde el PSOE a Sumar y otros con menos representación en el Congreso. En concreto, la vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha insistido en reclamar la dimisión de Rubiales y ha pedido tanto el «cumplimiento» de la Ley del Deporte como activar los protocolos de la Federación sobre actos sexistas para forzar su salida del cargo por considerar que se «ha vejado y agredido» a una mujer.

Qué ocurre si no hay un protocolo

El acoso sexual, sobre todo entre superior y subordinado/a, suele estar muy silenciado. Algunos estudios dicen que más del 70% de los casos permanecen ocultos. Las razones para no denunciarlo se sustentan en el miedo a perder el trabajo, la desconfianza en la justicia, el miedo a que no las crean y el estereotipo de que se lo han buscado o lo han provocado. Si incluso con protocolos cuesta dar el paso de penalizar estas conductas, si estos no existen es más complicado aún. 

Debemos saber que en caso de acoso sexual por un superior existe de base el Código Penal. Este castiga la “petición de favores sexuales para sí mismo o para terceros dentro del ámbito de una relación laboral, docente, de prestación de servicios o análoga” como delito de acoso sexual. Ya sea “continuada o habitual” y provocando una situación “intimidatoria, hostil o humillante”. Se trata del artículo 184 dentro del apartado delitos contra la libertad sexual.

Prevenir y sensibilizar para evitar el acoso

Una empresa debe mostrar su predisposición a evitar el acoso sexual o laboral antes de que ocurra. Por ello, se recomienda la formación en prevención y la creación de protocolos que lo eviten o actúen de manera contundente si la situación sucede. Debemos determinar al detalle cómo proceder y desarrollar herramientas que garanticen la privacidad, la objetividad, confidencialidad y que no quede impune. Además, la empresa debe actuar rápido: nada más recibir una acusación o en el momento que tenga sospechas de que puede estar pasando.  

No solamente es una obligación legal de las empresas (con sanciones), sino que ir más allá les adelanta a los problemas y evita que sucedan. Las políticas de igualdad precisamente están pensadas para que los comportamientos sexistas desaparezcan antes de que la violencia, el pico del iceberg, aparezca. Ser una empresa activa en políticas de igualdad, con buenos datos respecto a la promoción, formación o brecha salarial entre empleados y empleadas, además de reaccionar de forma contundente y adelantada ante un caso de acoso, dota a la empresa o institución de una buena reputación tanto fuera como dentro.

 


Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad

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