La propuesta de incluir actividades que den referencias y protagonismo a las mujeres innovadoras en los sectores tecnológicos o científicos gana puntos en las empresas. Así, las organizaciones demuestran una fuerte vocación de cambio y activaría la promoción del talento femenino dentro de la propia plantilla.
Las diferencias entre estudiantes mujeres y hombres en las carreras de ciencias o tecnología cada vez son menores, gracias en parte al esfuerzo de visibilización que se hace desde los diferentes niveles de educación. Es cierto que aún estamos lejos de hablar de una demanda equilibrada entre chicos y chicas que eligen carreras de las llamadas STEM (Ciencia, tecnología, ingenierías y Matemáticas), pero hemos visto pasos positivos.
Según las cifras del Ministerio de Educación, no supera el 15% de alumnas matriculadas de media en informática o algunas ingenierías. Otras carreras no tecnológicas (como las biosanitarias) ya rondan el 50%. Pero, ¿qué pasa cuando llegamos al mercado laboral? Las cifras demuestran que el avance en romper esa brecha es lento aunque estable. En parte, gracias al esfuerzo que se hace desde profesionales para ser más visibles y ser un referente de mujeres científicas y técnicas en las empresas.
Mujeres CEO, ¿suficiente?
Empresas como Facebook, Microsoft, IBM o HP, entre otras, han puesto mujeres al frente de sus filiales españolas. Pero las cifras siguen demostrando que no es la tónica general: sólo el 24% de las plantillas de las empresas de innovación tecnológica son mujeres. La propia CEO de Google en España y Portugal, Fuencisla Clemares, señala que las claves son la educación y la visión del talento, pero también la visibilidad y la cultura de empresa.
“Tenemos muy buena base de mujeres, pero precisamente por tema de conciliación se van quedando en el camino. La cultura corporativa de Google facilita este aspecto, podemos acceder a todas nuestras herramientas de trabajo desde cualquier lugar y eso nos facilita mucho el trabajo. No es fácil y es un reto al que nos enfrentamos muchas mujeres, pero la cultura corporativa y la tecnología te pueden ayudar a sobrellevarlo”, asegura.
La igualdad de oportunidades como cultura empresarial
Otros problemas a los que apuntan las expertas son los estereotipos que siempre han arrastrado sectores como la ciencia o la tecnología, convirtiéndolos de manera ficticia en ‘trabajos de hombres’. Frente a esto, los referentes. Igual que para las niñas es importante encontrar figuras femeninas que hayan hecho historia con sus investigaciones, sus descubrimientos, o sus obras, en la empresa actual también es necesario tener referentes.
Destacan en este sentido iniciativas como Women Techmaker. Cada año congrega en Madrid a las expertas más punteras con profesionales, estudiantes y público en general para visibilizar el talento femenino en el sector tecnológico en empresas tan punteras como Tuenti, por ejemplo. Incluir estas actividades e iniciativas dentro de la programación de la propia empresa demostraría una fuerte vocación de cambio y activaría la promoción del talento femenino dentro de la propia plantilla.
Demostración de fuerzas entre mujeres científicas y tecnólogas
Además de las convenciones anuales o semestrales, son muchas las mujeres que trabajan día a día para que sus compañeras tengan referentes y acabar con la brecha salarial y el techo de cristal para las mujeres científicas y tecnólogas. Como Women In Tech, una aceleradora de talento digital con filial en España. También está #Somosmujerestech -un grupo de 10 mujeres con altos cargos en empresas Tech ha asumido la responsabilidad de facilitar el proceso de cambio.
Organizaciones como AMIT, –asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas que pretenden ser ‘red de apoyo’ para mujeres que trabajan en investigación, ciencia y tecnología-, o el Grupo Mujeres en Física RSEF – una rama muy masculinizada y con necesidad de visibilizar los libros de las mujeres físicas. Iniciativas como Diango Girls -cuya misión es enseñar a programar a mujeres al igual que Adalab-, MujerTekSpace dentro del programa global inspira STEAM o PyLadies Madrid, por poner un ejemplo de comunidades enfocadas a lenguajes de programación como Python.
Un compromiso en el mercado digital y el impulso de las profesionales
Si las mujeres profesionales ya están haciendo su parte, queda que la hagan las empresas. Para ello desde la Comisión Europea se ha impulsado una declaración empresarial para incluir estos valores de inclusión en las grandes compañías. Además de las mencionadas, otras como Dell, Accenture, Cisco o Spotify ya se han comprometido a tener una cultura ‘female-friendly’. Esto siginifica enfocar las políticas comerciales y de recursos humanos en el potencial de las mujeres, hacer accesibles a las trabajadoras los puestos de dirección y superiores, así como identificar y capacitar el talento femenino en la empresa para que puedan ascender.
La tercera revolución industrial, una oportunidad para la igualdad
En un sector tan boyante como el tecnológico en cuanto a su crecimiento y su valorización, es fácil encontrar un escenario perfecto para lograr la igualdad respecto al talento y al género. Las inversiones tecnológicas en Europa no paran de crecer de un año para otro (un 21% más de 2017 a 2018, llegando a los 23.000 millones de dólares según el Informe sobre Situación del sector Tecnológico Europeo). Esta tendencia financiera, junto con los nuevo hábitos de consumo, más la importancia del digital cada vez más en nuestras vidas, está haciendo que podamos hablar de la tercera revolución digital.
Con este contexto tan propicio, la Comisión Europea confirma que, si la participación de la mujer en el mercado digital llegara a cuotas de igual en cuanto al acceso y a la promoción, se podría hablar de una repercusión positiva en el sector de un incremento del PIB de 16.000 millones de euros. El impacto medido por la CE, condensados en el último informe Women in the Digital Age, destaca que la igualdad en el sector Tech ofrecería equipos más innovadores gracias a su diversidad, aumento de la competitividad y mayor resistencia frente a las diferentes crisis económicas.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad