La casa y el colegio son los laboratorios donde los más pequeños experimentan y practican para después desenvolverse por si solos. Por este motivo, es importante trabajar la corresponsabilidad en casa desde bien pequeños.
La corresponsabilidad hace posible que las inacabables tareas de la casa sean realizadas entre todos los miembros de la familia, para así no recargar a ningún miembro con toda la responsabilidad.De esta manera, la conciliación laboral, familiar y personal En alguna ocasión os presentamos un post llamado el Decálogo para la Corresponsabilidad en el Hogar. Este decálogo está formado por directrices para enfocar la corresponsabilidad en el hogar. Personalmente, me quedo con dos de esas directrices: Valorar a todos los miembros de la familia y Predicar con el ejemplo. Con esas ideas en la cabeza, en el post de hoy os orientamos sobre las tareas que pueden realizar los niños y niñas según su edad.
Entre los 3 y 5 años, se pueden empezar a introducir tareas sencillas. Ordenar sus juguetes fácilmente en cajas y cajones, guardar su ropa interior en el sitio correspondiente, cepillarse los dientes, empezar a vestirse solo, etc.
A partir de los 6 años, pueden recoger su plato con cuidado después de comer y cenar, ayudar a poner la mesa, vaciar la papelera de su habitación, organizar con ayuda su mochila del colegio, poner la ropa sucia en el sitio correspondiente, guardar la ropa limpia en el armario, hacer la cama y cambiar sábanas, ordenar el baño tras la ducha…
A partir de los 10 años, se empezarán a introducir tareas de mayor dificultad. Preparar el desayuno y cocinar platos sencillos (ensaladas, mezclar la pasta y la salsa…), ayudar en la cocina, quitar el polvo, meter los platos en el lavaplatos y vaciarlos, aprender a utilizar el microondas y otros electrodomésticos. También es importante introducir el valor del dinero y su manejo.
Es importante adaptar las tareas al desarrollo evolutivo de cada niño o niña. No todos los niños son iguales y tienen las mismas capacidades cuando llega una edad concreta, por ello hay que ser flexibles. Por último, también es importante tener paciencia y dejar que nos ayuden. Es decir, intentar evitar esas situaciones en las que el padre o la madre hacen alguna tarea por el hijo o la hija ya que así se termina antes.