Rompieron barreras, demostraron que podían hacer lo que se proponían y superaron el machismo. Por eso, elegimos estos siete referentes femeninos para celebrar este 11 de octubre el Día de la Niña. Desde muy pequeñas, lo que se ve en casa, en la escuela y el ocio marca cómo ven la vida las niñas. Cómo se ven a sí mismas, su sitio en la sociedad y su futuro. La falta de referentes para muchas es uno de los principales problemas que restan talento a las ciencias, pero también la falta de visibilidad de las que sí estuvieron ahí. En este Día de la Niña, que se celebra cada 11 de octubre, queremos ir más allá de los prejuicios y señalar ejemplos de otras mujeres posibles. Tanto en la realidad como en la ficción. Mientras que aún se lucha por el acceso de las niñas a la educación, en otros países donde sí se ha logrado se lucha por su integración laboral. Según la ONU, una de cada cuatro niñas de entre 15 y 19 años en todo el mundo no recibe educación, empleo o capacitación, en comparación con uno de cada diez niños. Una integración completa en todos los sectores. Este es el objetivo proyectos como Mujeres Steam, que busca acercar referentes de hoy para que haya, mañana, más mujeres en las ciencias, la tecnología, las matemáticas y la ingeniería. El proyecto, realizado por la Fundación Concilia2 y financiado por el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, es solo un ejemplo de todo lo que se puede hacer. Además de las barreras que podemos encontrar en la situación de la niña -como los matrimonios forzados o la pobreza extrema- está el tema de la vocación. Si de pequeñas las niñas solo ven ensalzados los valores de la belleza, el comportamiento sumiso o los cuidados hacia los otros, su desarrollo se queda limitado. Mientras que los niños pueden ser creativos, valientes, activos y aventureros, las niñas no tienen en quién verse reflejadas. Aunque logrando tener referentes, estos pueden estar muy lejos de lo que las niñas esperan. En España, muchas niñas han oído hablar de Marie Curie o de Emilia Parda Bazán, pero no parece que sus ejemplos les empuje de por sí a la ciencia o a la literatura. Entonces, ¿qué hace falta? Hace falta que esos referentes femeninos salten de los libros escolares a más partes de la vida de las niñas. Ya sea en la ficción contemporánea, la actualidad del país o las calles, las mujeres que inspiran con su vida deben estar presentes. Bien porque tuvieron que sortear barreras impuestas, o porque lograron ser felices haciendo lo que les gustaba. Y es que ese debería ser el objetivo de toda la educación en igualdad en la infancia. Cierto es que cada vez se visibilizan a más mujeres que ayudan al progreso, a romper mitos y a tener un mundo mejor. Por eso os proponemos siete referentes (que no esperas) para el Día de la Niña.
Sin referentes femeninos no hay futuro para las niñas
Educación, empleo y derecho a soñar
Referentes más allá de los libros de texto
1. Margaret Mead
Se la considera la mujer más influyente de la antropología, pero deberíamos hablar de una de las mentes más importantes de las Ciencias Sociales. Su sensibilidad y capacidad de cuestionar todo hizo que diera la vuelta a la visión biologicista (y sexista) de la cultura. Fue de las primeras en interesarse por la educación de los niños y niñas en cada cultura, observando los estereotipos de género que se implantaban en cada uno. Gracias a ella estamos a un paso más de la igualdad real entre hombres y mujeres.
2. Mayim Bialik
La actriz es muy conocida por su papel de Amy Farrah Fowler en la serie de televisión Big Band Theory y, años antes, como Blossom. En ambos, interpreta papeles que están muy alejados de la chica sumisa y predecible que aparecen en otras tantas ficciones televisivas. Además, Bialik estudió neurociencia en la Universidad de California, es doctora y ha escrito varios libros sobre cambios emocionales de los niños y su relación con los padres, entre ellos. Por si fuera poco, aprovecha su imagen pública para implicarse en movimientos por la igualdad entre hombres y mujeres y en la defensa de los derechos animales.
3. Dian Fossey o Jane Goodall
La fama de estas dos activistas por los primates está por encima de muchos otros referentes, pero a diferencia de sus colegas científicos, fueron puestos en duda sus logros por ser mujeres. Mientras que la violenta muerte de Fossey fue usada como un aviso por los cazadores y por parte de la sociedad machista, la vida de Goodall no se libró de las críticas. Desde su carácter a su falta de simpatía. Gestos que en los hombres hubieran sido tachados de ambiciosos o profesionales. Fossey, Goodall junto a Birutė Galdikas, formaban el grupo de las ‘Trimates’. Un triplete de lujo de mujeres investigadoras que demostraron que entre mujeres la cooperación nos beneficia a todas y todos.
4. Galadriel, Furiosa o la teniente Ripley
Tres personajes de ficción que bien podrían haberse ayudado en las tramas que protagonizan. Empezando por Galadriel, la elfa más poderosa del Señor de los Anillos que no solo cogobernaba el reino con su marido, sino que tiene poderosas habilidades que le permiten enfrentarse a los enemigos. Unos poderes que parten de la sabiduría, no de la violencia. Más acción es la que protagonizan Furiosa, de ‘Mad Max’, o la teniente Ripley, de ‘Alien’. Ellas demuestran autosuficiencia, autonomía, ingenio para sobrevivir y, sobre todo en el caso de Furiosa, empatía y solidaridad por otras mujeres vulnerables.
5. Rachel Carson
Podemos decir de la bióloga marina que ya era ecologista en los años 60, cuando desde la ciencia ni siquiera se tenía en cuenta este concepto. No solo destacó la importancia de los equilibrios medioambientales, sino que ya denunció los peligros de prácticas sobre peces o pájaros marinos. Mientras que Jacques Cousteau saltaba a la fama mundial por su defensa de los fondos marinos, Carson había sembrado esa semilla dos décadas antes. Tal vez su carácter tranquilo y modesto no le hizo destacar como debería, pero estamos a tiempo de hacer brillar sus logros.
6. Mary Shelley o Ursula K. Le Guin o Margaret Atwood.
El lugar de la mujer en la literatura no se puede limitar a unos estilos. Eso parece decir la obra de estas tres mujeres que, cada una en su tiempo, desafiaron lo que se esperaba de una mujer en la escritura. La primera, Shelley, aún sigue siendo la desconocida ‘madre’ de Frankestein a pesar de que con su obra podemos decir que es la ‘abuela’ de la ciencia ficción. El testigo lo recoge la hace poco desaparecida Le Guin. No solo se atrevió a soñar con mundos espaciales o de fantasía, sino que tuvo miedo de añadirles una perspectiva política como la del anarquismo en su obra ‘Los desposeídos’. Y Atwood se ha hecho mundialmente conocida con su distopía ‘El cuento de la criada’ pero jamás se ha encasillado. Escribe también cuentos infantiles para fomentar la creatividad de niñas y niños. Si a ellas no las ha parado nadie, ¿por qué iban a hacerlo a las niñas de hoy día?
7. Carolina Iglesias o Ana Morgade
No hace falta irse fuera para reconocer referentes. La comedia también es cosa de mujeres y lo demuestra el enorme éxito que están teniendo las cómicas. Empezando por Carolina Iglesias, integrante del dúo que forman el pódcast ‘Estirando el chicle’ junto a Victoria Martín. Basándose en un humor cercano, exponen situaciones como el bullying o la discriminación hacia las mujeres lesbianas o bisexuales, permitiendo a muchas chicas jóvenes tener un referente. De la misma manera, Ana Morgade fue una de las primeras caras de mujer -junto a Eva Hache- que lograron hacer comedia sin que se les pusiera la etiqueta de ‘humor femenino’. ¿Acaso los chistes que cuentan los hombres son siempre universales?