Las mujeres programadoras, diseñadoras y CEO de empresas tecnológicas demuestran que la diversidad hace fuerte al sector. Por eso son numerosas las agrupaciones, las asociaciones y las escuelas de programación específicas para mujeres en un sector hasta ahora muy masculinizado.
Si no están presentes, no hay diversidad
Desde el algoritmo de los buscadores hasta la Inteligencia Artificial (AI). Son numerosos los ejemplos que demuestran que la desigualdad de género se ha trasladado del mundo físico al virtual. Desde el reconocimiento facial -que además de machista puede llegar a ser racista o xenófobo- hasta los asistentes de voz. Si solo una parte de la población es la encargada de ‘construir’ este nuevo mundo, solo estarán reflejados los intereses y necesidades de esa parte de la población.
Por eso, si queremos que la tecnología sea una aliada para la igualdad, debe estar presente la mayor parte de la población. En concreto, hablando de la igualdad de género, ocurre que en España solo el 9,3% de los programadores son mujeres. Algo similar pasa a nivel global, donde según el informe de Java, las mujeres solo representan el 11% del total de desarrolladores en el mundo. Por contra, en Reino Unido el 54,6% de los puestos en programación los ocupan mujeres.
¿Falta de vocación o de referentes?
Explicaban varios rectores que desde que se cambió la nomenclatura de licenciatura por ingeniería, el porcentaje de alumnas ha bajado en Informática. Marta Jiménez Castells, y profesora de la Universidad Politécnica de Cataluña, decía que “el número de mujeres dedicadas a la informática descendió un 50%. Esa bajada aún no la hemos recuperado”, explicaba. ¿Esto sucede por la falta de vocación o de referentes?
Si las carreras STEAM son vistas desde la infancia como algo masculinizado, solo con referentes de hombres, es complicado que las niñas quieran ser ingenieras, matemáticas o investigadoras de mayores. Ya desde la Unesco advertían que en todo el mundo el porcentaje de mujeres que estudian carreras STEAM apenas llega al 35% y solo el 3% de ellas se matriculan en tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
Del aula al trabajo, otra brecha de género
Si cada vez son mayores las trabas que encuentran las niñas con vocación científica o tecnológica, estas no dejan de crecer en su transición de la educación al empleo. Muchas de ellas se quedan en el ámbito académico, siempre con condiciones más igualitarias y de meritocracia que el ámbito privado. Si a esta realidad se une que la precariedad laboral golpea más a las mujeres que a los hombres y que el sector de las TIC aún provee de empleos de calidad, el camino está trazado.
Ya sea por llevar la igualdad y la diversidad a los nuevos mundos online. Ya sea por lograr que la situación laboral de las mujeres salga de los sectores más precarizados. Ya sea porque las empresas con mayor poder, las tecnológicas, tengan presencia femenina para equilibrar. Por esto y por mucho más es necesario aumentar la presencia de mujeres en la programación y dotar a estas de conciencia de género.
Comunidades, escuelas y alianzas
Con este propósito han surgido numerosas iniciativas, tanto a nivel global como en España. Empezando por la escuela Adalab. Una formación en programación web para mujeres que ayuda a empezar a trabajar en este sector con 12 semanas de formación. Una puerta abierta a mejorar el empleo de las mujeres que cuenta con una visión específica de género.
En la misma dirección rema Womenalia, una plataforma de mujeres profesionales que inciden en las barreras en el sector tecnológico. Con el evento #EllasPrograman, dejaron claro que el sesgo de género a la hora de programar algoritmos nos perjudica a todas y todos. Una situación en la que no solo las mujeres deben hacer el esfuerzo de entrar, si no que las grandes tecnológicas deben paliar.
Primeros contactos con la informática
No solo desde el sector económico es importante que se desarrollen eventos. Muchas veces jornadas como las de Mática en Galicia son una puerta de acceso para muchas jóvenes y mujeres a las TIC. Se trata de una experiencia exclusivamente femenina que se lleva a cabo en tres ciudades gallegas durante tres días y que tiene talleres para iniciarse en el pensamiento computacional, programación, robótica educacional o inteligencia artificial, entre otros. Otro ejemplo serían los talleres que desde Medialab Madrid se organizan aún.
Para chicas y mujeres nos encontramos con organizaciones como WomenWhoCode, WomenInMobile o iniciativas que buscan ofrecer descuentos en cursos de programación para mujeres. Y para niñas más pequeñas, también hay iniciativas como GirlsInLab, una escuela de acompañamiento que trata de que las más pequeñas aprendan de las más mayores y de las que ya están en el mercado laboral. Una vez más, referentes.
Mujeres pioneras, mujeres de futuro
Mucho ha pasado desde que la matemática Ada Lovelace puso las bases de la programación y de los algoritmos hace más de siglo y medio. Pero muy poco ha pasado desde que se reivindica la figura de esta británica y mucho menos aún desde que se pone en relieve la importancia de mujeres como las calculadoras de la Nasa o quien gracias a ella tenemos wifi entre otras cosas, Hedy Lamarr.
Por eso es necesario destacar figuras presentes como la ingeniera de Inteligencia Artificial, Silvia Cobo, expertas en Data Science, como Nohemy Veiga, o la ya legendaria Margaret Heafield Hamilton. Ella creo el software que hizo posible la navegación del Apolo y logró dirigir uno de los centros de innovación más importantes del mundo, el MIT. Referentes de hoy y de ayer que deben servir para que cada vez más mujeres estén presentes en la programación, en la creación de algoritmos y en un mundo virtual cada vez más igualitario.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad