Las personas empleadas del hogar siguen siendo las más afectadas a la hora de encontrar estabilidad. Pese a tener una sentencia en favor de su derecho al paro y las campañas contra la economía sumergida, las personas de este sector sufren mayor pobreza que otros/as profesionales. Analizamos cómo afecta la nueva reforma laboral a las empleadas domésticas.
El riesgo de ser personal interno
La precariedad del trabajo doméstico no solo se refleja en los salarios o la temporalidad. También lo hace en condiciones básicas como el acceso a la vivienda.
El personal interno vive en casa de las personas empleadoras, muchas veces con personas mayores, cuyos cuidados no les permiten los descansos estipulados. También, el régimen especial del hogar -que está fuera del Estatuto de los Trabajadores- hace que el despido de las personas empleadas del hogar pueda ser inmediato. Esto hace que las internas se queden sin trabajo y sin domicilio en el mismo momento.
¿Qué dice la reforma laboral?
En la teoría, la Reforma Laboral de la ministra de Trabajo quiere tener efecto en estos aspectos de la vida laboral de las empleadas del hogar:
- Fomento de los contratos indefinidos haciendo desaparecer los temporales. Aunque el objetivo es evitar la temporalidad, los agentes sociales temen que en este sector no tenga efectos positivos en las contratadas a tiempo parcial o que incluso tengan un efecto disuasorio con las nuevas contrataciones.
- El Salario Mínimo Interprofesional. Esta reforma estipula que las empleadas del hogar, para una jornada de 40 horas, nunca podrán cobrar por debajo de los 965 euros brutos en 14 pagas que exige el SMI. El problema viene en que la mayoría no cumplen esas horas, por lo que la norma no les repercutiría.
- Derecho a 30 días de vacaciones. Al estar en un régimen especial y no dentro de la norma más básica, el Estatuto de los Trabajadores, la reforma ha tenido que dejar por escrito este derecho.
- Aumento de sanciones. Otra de las medidas es que si la persona empleadora incumple las nuevas obligaciones por fraude de contratación, se podrán aplicar hasta los 10.000 euros de multa.
- Moratoria para aplicar estas normas. Las personas empleadoras tendrán entre tres y seis meses para adecuar los contratos de obra o los fijo-discontinuos a la la nueva legislación.
Todavía faltan derechos que conseguir
El hecho de estar fuera del régimen general de trabajadores, también las convierte en una excepción con otros derechos. Como el desempleo. La prestación en caso de desempleo, que protege temporalmente de la pobreza a los y las trabajadoras, ha sido rechazada para las empleadas del hogar una y otra vez.
Pero el pasado mes de febrero, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dado la razón a las trabajadoras. Este tribunal sentencia que España discrimina por razón de sexo a las trabajadoras del hogar. Supone “de facto una discriminación por razón de sexo para las trabajadoras del hogar, dado que representan el 95% del sector”.
Ninguna de las características de su trabajo que el Gobierno español ha dado para negarles esta prestación, son válidas, según el tribunal. Este afirma que otros trabajadores similares sí que tienen este derecho reconocido. Se trata de un caso elevado al ámbito europeo por una trabajadora del hogar de Vigo y su empleadora.
La reforma laboral a penas afecta a las empleadas domésticas
Se trata de un paso más adelante, que todavía tardará en tener efectos prácticos en el día a día de las empleadas. Y al igual que con otras reivindicaciones, tardará en llegar. Este es el caso de la ratificación del convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que ayudaría a igualar los derechos de las personas empleadas del hogar con el resto de profesionales. Aunque diferentes gobiernos se han mostrado partidarios de firmarlo, aún no se ha llevado a cabo.
Tampoco la actual reforma laboral mejora su vida. Al no estar en el régimen general, esta modificación a penas mejora sus condiciones. Lo que sí que reconocen desde organizaciones como Territorio Doméstico, es que la campaña de comunicación dirigida a los empleadores y empleadoras del Ministerio de Trabajo ha logrado subir la cotización a muchas mujeres igualándola al SMI. El problema es que esas cartas nunca llegaron a los que no dan de alta a sus empleadas ni cotizan por ellas. Y es que este hecho hace que la reforma laboral (fin de contratos temporales o salarios mínimos) no tenga tanta efectividad en las personas empleadas del hogar.
Violencia sexual y otras amenazadas
Y mientras siguen peleando en la calle, ya sea en el 8M o en el día a día, muchas violencias siguen atravesándolas. Es el caso de la regulación, ya que un porcentaje muy alto de mujeres son inmigrantes. La mayoría, procedentes de América del Sur y Centroamérica. Ellas están especialmente en vulnerabilidad al no contar con redes de apoyo o ser presionadas para aceptar condiciones poco dignas. En muchos casos esta condición no les permite reclamar su salario al ser despedida o denunciar otras agresiones.
Agresiones como la violencia sexual que sufren muchas de ellas. El acoso, el abuso e incluso el chantaje. Especial mención tienen, de nuevo, las trabajadoras internas. Su aislamiento, algo que se pudo ver en mayor medida en pandemia, las convierte en dobles víctimas. También si ellas mismas no cuentan con cuarto propio o espacio seguro en el que estar. Mucho menos, vivienda propia para guardar sus pertenencias o descansar en sus días libres.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad