El mercado laboral es cada vez más complicado. El acceso a un puesto de trabajo no es sencillo: hay poca oferta y mucha competencia. Los/as profesionales están cada vez más cualificados y a veces conseguir aportar valor a una empresa se hace difícil. Si nos situamos en este escenario, el añadir un elemento que haga a la persona que opta a un puesto “demasiado” diferente con respecto al resto, complica todavía más el acceso al mercado laboral. Veamos la realidad del colectivo LGBTI en el área del empleo.
El trabajo y el colectivo LGBTI
El colectivo LGBTI se asocia muchas veces con situaciones lúdicas o de ocio como World Pride. Poco se ha reflexionado sobre cómo a este colectivo le pueden afectar situaciones tan cotidianas como, por ejemplo, buscar o mantener un empleo. Nos olvidamos de la vida diaria y de las dificultades añadidas con las que se pueden encontrar. Únicamente por ser diferentes, ni mejores ni peores, diferentes. Y diferentes además en un aspecto que, en general, no debería ni siquiera importarnos, como es el de la sexualidad o afectividad.
¿Acaso es importante saber a quién profeso cariño a la hora de valorar mis capacidades laborales? ¿O es relevante, si tengo pareja o mi sexualidad, para mantener un puesto de trabajo? Sin duda estos aspectos directamente personales nos afectan a todos/as cuando hablamos del mercado de trabajo. Pensemos en las típicas preguntas del estilo: “¿Está casado/a?” “¿Tiene hijos/as?” en una entrevista de trabajo. Son igual de irrespetuosas y atentan directamente contra la dignidad de la persona. Pero por un momento pongámonos en la piel de esa persona que se ve cuestionada en una entrevista por su orientación sexual. O que en su puesto de trabajo es juzgada más por sus relaciones afectivas que por su capacidad a la hora de desempeñar el trabajo.
El colectivo LGTBI en el ámbito del empleo
No es algo tan extraño como pueda parecer. En marzo de este año el Instituto de la Mujer publicó un interesante estudio realizado mediante entrevistas individuales a personas pertenecientes al colectivo LGBTI. Las personas LGBT en el ámbito del empleo en España: hacia espacios de trabajo inclusivos con la orientación sexual e identidad y expresión de género. Este documento refleja la realidad laboral que viven. Dentro del colectivo LGBT no se produce una expresión libre y natural de la orientación o identidad sexual de las personas LGBT en el ámbito de trabajo. Está muy presente la no expresión, el ocultamiento. Perdura cierto temor a que la “exposición” suponga algún riesgo: despido, acoso, comentarios, cambios de actitud…
Esa ocultación produce una división entre la esfera laboral y personal que genera estrés y malestar en la persona. Se encuentra en que hay que medir comentarios, opiniones, etc, para evitar discriminación en el lugar de trabajo. Es interesante tener en cuenta que ese ocultamiento no es vivido como discriminación por la mayoría de las personas entrevistadas. La discriminación se ve más reservada en el ámbito laboral a situaciones que se consideran graves: mobbing, exclusión, etc. El ocultamiento es un nivel estructural de discriminación según el cual la persona no es capaz de desarrollar plenamente su forma de ser en el espacio público, apareciendo la discriminación como alienación.
Es importante también el crear planes de igualdad que no se queden sólo en la igualdad entre hombres y mujeres, sino que integren a este colectivo. Sería la manera de poder crear protocolos de actuación ante situaciones concretas de discriminación o acoso por orientación sexual.
LGBTfobia en el ámbito deportivo
Y no sólo necesariamente se ven afectadas personas anónimas. Hay casos de LGBTfobia en el ámbito deportivo que han marcado la carrera de algunos/as deportistas, tanto por sufrirla como por promulgarla. John Amaechi fue el primer jugador de la NBA que se declaró abiertamente homosexual. Y Jesús Tomillero un árbitro español que decidió retirarse después de sufrir insultos y vejaciones en los partidos que arbitraba a causa de su orientación sexual. Ambos son dos buenos ejemplos de cómo el ámbito deportivo es un campo de minas para las personas LGBTI. Lo positivo: Jesús Tomillero creó la Asociación Roja Directa, la primera asociación en contra de la LGTBIfobia en el deporte Español.
En conclusión, todavía hoy es arriesgado promulgar tu orgullo LGBTI en tu esfera pública por cómo pueda afectar a tu área laboral. Promover una Ley Nacional de Igualdad de Trato y no discriminación sería primordial. También el reflejar protocolos de actuación concretos en planes de igualdad y convenios por situaciones de discriminación y acoso por LGTBfobia. Por otro lado no debemos olvidar el poner en marcha acciones de sensibilización y buenas prácticas en pro de un entorno inclusivo. Todo para crear un mercado de trabajo tolerante y respetuoso con el/la profesional, permitiendo que desarrolle y aporte todo su talento independientemente de su orientación sexual.
Imágenes:
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