La vulneración de los derechos de las niñas

La vulneración de los derechos de las niñas
13 octubre 2020 Concilia2

Las discriminaciones a las mujeres comienzan desde la infancia. Millones de niñas en todo el mundo continúan sufriendo algún tipo violencia por el hecho de nacer niñas: mutilación genital femenina, matrimonios forzados, violaciones… Son solo algunos ejemplos a los que se suma la falta de acceso a la educación y, por ende, la menor igualdad de oportunidades. También, la discriminación de los derechos de las hijas a heredar tierras y bienes en la legislación o en la práctica. En otros lugares, como India o China, se practican abortos selectivos cuando se sabe su sexo. En el Día Internacional de las niñas se recuerdan estos abusos y violencias que todas las niñas sufren en muchas partes del mundo. Una oportunidad para concienciar a la ciudadanía de la importancia de los derechos de las niñas.

Día Internacional de las Niñas

niñaCada 11 de octubre, desde 2011, se conmemora el Día Internacional de las Niñas. Una fecha promulgada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de brindar apoyo a todas las niñas del mundo en defensa de sus derechos. Este año, la efeméride está ligada al 25 aniversario de la Plataforma de Acción de Beijing, que reivindicó que las niñas pudieran disfrutar de sus derechos fundamentales. Desde entonces, se han conseguido algunos logros, pero aún ganan las discriminaciones hacia ellas.

Por ello, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) proponen una hoja de ruta para lograr progreso sostenible que no deje atrás el empoderamiento de las niñas. Mismo objetivo que ha promovido el lema de este año por el Día Internacional de las Niñas, “Mi voz, nuestro futuro en común”. Así, se tiene en cuenta a las niñas de todo el mundo que cada día exigen una vida libre de violencias basadas en el género y que serán quienes impulsen el futuro.

Los datos de la discriminación a las niñas

  • 31 millones de niñas están sin escolarizar en el mundo
  • 12 millones de niñas son obligadas cada año a casarse en contra de su voluntad
  • Más de 30 millones de niñas corren el riesgo de sufrir mutilación genital femenina
  • 15 millones de mujeres jóvenes de entre 15 y 19 años han sufrido relaciones sexuales forzadas en el mundo
  • El 75% de las 21 millones de víctimas de trabajo forzado son niñas

El pecado de nacer niña en los países patrilineales

En algunos países, ser niña puede significar que ni siquiera se llegue a nacer. Los datos lo atestiguan. Entre 1970 y 2017 hubo 45 millones de abortos selectivos de niñas. La mayoría, en China e India, pero también en otros lugares donde existe una preferencia social al varón. Son países patrilineales. Esto significa que las familias van a preferir el nacimiento de un niño antes que el de una niña. A las chicas se las considera una carga. A los chicos, una fuerza.

La educación como el factor de cambio

Precisamente, para dejar de ser vistas como una carga, en un pueblo indio han encontrado una solución. Se trata de Piplantri, una localidad pequeña en Rajastán, que desde 2006 lleva una curiosa práctica: cuando nace una niña, se plantan 111 árboles en su honor. Con lo que ganan vendiendo la fruta pagan la educación y la dote de esa niña. Además, cuando las familias plantan los árboles, firman una declaración jurada que indica que su hija recibirá una educación completa y no se casará antes de cumplir 18 años.

Asimismo, cuando la niña cumple la mayoría de edad, estos pequeños bosques le dan una gran oportunidad al tener un medio para sostenerse económicamente, ya que pueden comercializar productos como geles, jabones y aceites frutales con sábila. Así, el nacimiento de una niña es un símbolo de prosperidad para la comunidad, por lo que crecen con mayor seguridad.

escuelaY es que, la educación es el principal eslabón para el cambio. A pesar de ello, se calcula que, en todo el mundo, 31 millones de niñas en edad de ir a la escuela primera, no lo hacen. Entre los motivos se encuentran las sociedades patriarcales que difunden la idea de que las mujeres solo sirven para cuidar. A ello se suman los matrimonios forzados, las violaciones, la mutilación genital y otros tipos de violencias sobre ellas.

La analfabetización de las niñas conlleva menor falta de oportunidades para ellas, pero, además, lastra también el desarrollo de sus comunidades. De hecho, existen estudios que asocian la escolarización de las niñas con la supervivencia infantil. Cada año que estudia una niña es un beneficio directo para ella porque tiene más probabilidades de conseguir un trabajo y salir del círculo de la pobreza. Sin embargo, también es una ventaja para la sociedad por lo que aportan a ella.

Los matrimonios forzados

Como comentábamos, una de las principales barreras en el acceso a la educación son los casamientos forzados en menores de edad. Los datos alertan de que 12 millones de niñas son obligadas cada año a casarse en contra de su voluntad. Esto se traduce en que cada tres segundos una niña menor de 18 años es obligada a contraer matrimonio en algún lugar del mundo. Son los matrimonios forzados. Las tasas más altas se encuentran en países africanos como Níger, Chad, o la República Centroafricana.

UNICEF recoge más cifras escalofriantes: 650 millones de mujeres en todo el mundo han contraído matrimonio antes de cumplir los 18 años: 1 de cada 5. Si continúa la tendencia actual, en 2030 serán 800 millones; y en 2050, 1.200 millones.

Estas niñas tienen menos probabilidades de seguir yendo a la escuela, con la consiguiente pérdida de oportunidades en el futuro. Además, tienen más posibilidades de sufrir violencia, abuso y relaciones forzadas que a menudo les lleva a embarazos a tempranas edades. Hecho, este último, que conduce a la muerte de muchas de ellas por embarazo, debido a que sus cuerpos aún no están preparados. Todo ello, les causa graves problemas físicos, psicológicos, sociales y emocionales.

Las agresiones sexuales sobre las niñas

En cuanto a las agresiones sexuales, 15 millones de mujeres jóvenes de entre 15 y 19 años han sufrido relaciones sexuales forzadas en el mundo. Como consecuencia, los embarazos no deseados, especialmente en edades tempranas, suponen también, como alertábamos, un grave riesgo para la salud y la vida de estas niñas. De hecho, la principal causa de mortalidad en adolescentes de 15 a 19 años son problemas durante el parto, como hemorragias y sepsis.

Tampoco podemos dejar pasar el último informe de Plan Internacional. El mismo cifra en seis de cada diez niñas y adolescentes las que afirman haber sufrido acoso en las redes sociales. La mayoría de las ocasiones por personas conocidas. Esto significa que más de la mitad de las niñas y adolescentes en el mundo (el 58%) sufren acoso online. El 25% de ellas siente que está en peligro físico como resultado del mismo. El 42% explican que a raíz de este acoso han perdido la confianza en sí mismas. Todas ellas destacan los insultos, la recepción de imágenes de contenido sexual explícito, las humillaciones, los comentarios negativos sobre su físico y las amenazas de violencia sexual como los principales modos en los que han recibido este acoso en línea.

A estas agresiones sexuales, se suma el acoso callejero. También la esclavitud sexual. Según Polaris Project, a nivel mundial, el 80% de las víctimas transnacionales de trata de personas son mujeres o niñas, y el 50%, menores de edad (alrededor de 2 millones de niños y niñas).  Millones de chicas, en cualquier parte del mundo, en busca de una vida mejor pueden ser engañadas o empujadas a trabajos forzosos o explotación sexual.

La mutilación genital femenina

mujeres y niñasOtro tipo de violencia basada en el género y en relación con la sexualidad, es la ablación. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 68 millones de niñas se encuentran en grave riesgo de convertirse en víctimas de esta práctica. Existen diversos términos para referirse a ella: circuncisión femenina, cirugía genital femenina, practica tradicional, escisión, corte, sunna o ablación, entre otros nombres. Diferentes modos de nombrar lo que en realidad es una violación de los Derechos Humanos de las mujeres y las niñas, siendo así una forma extrema de la discriminación contra ellas.

Actualmente se calcula que cada once segundos una niña es mutilada en el mundo. Asimismo, se estima que afecta a más de 200 millones de mujeres y niñas en todo el mundo. Son datos estimados porque se desconoce su alcance real al no existir datos exhaustivos en muchos países.

Una de las principales creencias que sustenta la mutilación es la del rito de iniciación del paso a la edad adulta. Al casarse no se las consideran puras si no están mutiladas, por lo que la dote es menor o directamente no pueden contraer matrimonio. También existen justificaciones de índole sexual para controlar la sexualidad de las mujeres, ligada a su vez con el honor de las familias. Se cree que su práctica muestra fidelidad y protege la virginidad. Así como que las mujeres mutiladas son más fértiles y que mejora el parto. Además, se atiende a motivos de higiene. Se tiene la idea equivocada de que el clítoris implica suciedad o falta de pureza, transmitiendo temor a esta parte del cuerpo cuya única función es obtener placer. Las causas estéticas tampoco están ausentes. Se cree que el clítoris puede crecer demasiado si no se corta.

Las consecuencias para la salud también son importantes. El dolor en muchos casos puede dificultar la micción y producir fuertes infecciones. También puede dar lugar a trastornos menstruales, complicaciones obstétricas…. La hemorragia es la complicación más frecuente. También el shock e incluso la muerte.

La pandemia retrocede los derechos de las niñas

Por si todo esto fuera poco, este año se ha sumado a estas violencias la pandemia por el coronavirus que ha llevado a un aumento de la pobreza y el hambre. Así como al incremento de la violencia en sus múltiples formas contra las niñas.

En muchos de los países en los que ha habido confinamiento la infancia se ha quedado sin ir a la escuela. Además, el trabajo del cuidado del hogar y la familia ha aumentado. Por ello, estadísticamente, es más probable que las niñas que han dejado de ir al colegio tengan más dificultades para regresar a ella que los niños y que se dediquen al trabajo doméstico.

Asimismo, el grave impacto económico de la pandemia favorece que haya más matrimonios infantiles. Como si de un amplificador de desigualdades se tratase, la pandemia puede provocar 13 millones de matrimonios infantiles más y, debido a las interrupciones de programas de prevención, puede haber dos millones de casos de mutilación genital femenina durante la próxima década.

A ello, se suma que, durante la pandemia, muchas mujeres y niñas se han visto obligadas a convivir con sus maltratadores durante las 24 horas, con el consiguiente repunte de la violencia de género. Antes de la pandemia, la OMS estimaba que 150 millones de niñas menores de 18 años sufrían violencia sexual. En un momento en el que muchas han pasado días enteros en casa, no podemos olvidar lo expuestas que han estado a la violencia. Todo un riesgo por la dificultad de pedir ayuda o de presentar denuncias teniendo cerca al agresor.

En este sentido, cobran especial relevancia los datos del estudio ‘Menores y violencia de género’ de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. Este señala que 1 de cada 4 menores ha estado expuesto a la violencia de género contra su madre. Además, el 77% lo ha sufrido de modo directo. Esta situación incrementa el riesgo de que esas niñas tengan mayor riesgo de sufrir violencia de género en la edad adulta. La razón está en la naturalización de la violencia como modo de supervivencia, de ese modelo de pareja y de los roles de género asimilados.

Del mismo modo, también es de resaltar el impacto ha tenido la violencia online como el ciberacoso contra la vida de millones de niñas y adolescentes.

Abordar todas estas violencias desde la perspectiva de género es fundamental para impulsar cambios que las permitan vivir en una sociedad más igualitaria.


Jéssica Murillo, periodista experta en igualdad e intervención en violencia de género

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