Las medidas de igualdad en las empresas son importantes. Sin embargo, no solo son aplicables a nivel interno, también lo son a nivel externo. De esa manera, el modo de comunicar es fundamental.
Una comunicación no sexista y un lenguaje inclusivo oral, escrito y visual son requisitos primordiales para las empresas u organizaciones que apuestan por la igualdad.
En este sentido, las redes sociales juegan un papel importante. No solo sirven para comunicar los servicios que ofrecen, sino también para comunicarse con la clientela. Así, Internet y las redes sociales favorecen una comunicación bidireccional que sobrepasa las barreras del espacio y del tiempo. No obstante, hay otras barreras que son más difíciles de saltar en relación a la comunicación online y que toda empresa debe tener en cuenta. Se resumen en dos:
- La brecha digital (geográfica y de género)
- El acoso online
La brecha digital
El acceso de las mujeres masivamente a las redes es muy reciente. Según la UNESCO, factores como la zona geográfica, los recursos económicos, el sexo, la edad, la educación o la lengua son determinantes, y se convierten en aspectos que influyen directamente en la brecha digital de género.
Hablamos de brecha de género digital cuando nos referimos a la diferencia del porcentaje de mujeres y el porcentaje de hombres en el acceso, uso, habilidades y forma de utilizar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Los datos apuntan a que la relación de las mujeres con las TIC es diferente a la de los hombres. También existen diferencias generacionales entre mujeres desde una mirada cualitativa. De ese modo, entre la juventud la brecha de género se cierra, no así a partir de los 40 años.
La brecha de género es más abrupta en el tiempo de uso y las habilidades con las TIC. Las mujeres hacen un uso más limitado de las redes como consecuencia de la falta de corresponsabilidad y conciliación. Fruto de ese trabajo de cuidados no remunerados, las mujeres dedican menos tiempo a internet y las redes.
El caso más significativo de brecha de género en social media se da precisamente en Linkedin. De las más de 7 millones de personas registradas que tiene la red social de profesionales en España, el 47% son mujeres. Dicho de otro modo, hay 432.542 más hombres (53%) que usan Linkedin que las mujeres. En términos de uso la diferencia sube a 12 puntos porcentuales (44% mujeres, 56% hombres)
Por otro lado, las habilidades que tienen ellas son menores que la de los hombres. En este caso está relacionado con la división sexual del trabajo. Así como los hombres suelen ocupar sectores donde las tecnologías e internet forman parte de su día a día, las mujeres se posicionan en sectores donde no es así.
En la Unión Europea, únicamente un 21,5 % de quienes trabajan en el sector digital son mujeres. Solo el 9 % son desarrolladoras o programadoras y tan solo el 19 % de las empresas del sector TIC tienen entre su personal directivo a mujeres. Estos porcentajes, curiosamente, han disminuido con respecto a los de hace unos años, lo que evidencia una tendencia negativa.
El dominio de las competencias digitales es muy importante. Por ello, las empresas deberían promover estrategias para sensibilizar, formar y capacitar a las mujeres en habilidades digitales, lo que se traducirá en un éxito, no solo en la vida personal, sino también en el ámbito laboral. Por ende, es una inversión de futuro para las propias empresas.
El ciberacoso
El ciberespacio es un reflejo de la sociedad. Por tanto, sería iluso pensar que no existe machismo. Muchas veces el acoso y la violencia en la red se multiplica por culpa del anonimato. Así lo afirman diversos estudios. Por ejemplo, según un estudio en la web de The Guardian, solo el 30% de las personas que comentan las noticias son mujeres, y la mayoría de las veces lo hacen con seudónimos para no aguantar comentarios sexistas. Sobre esto mismo, Emma Pierson, de la universidad de Oxford, analizó un millón de comentarios de la TNT y descubrió que ellas solo escriben comentarios en el 25% de las noticias, pero son el 44% de las lectoras.
Una investigación de Amnistía Internacional revela los efectos que tiene para las mujeres la violencia a la que se enfrentan en la red: ansiedad, estrés, autocensura o miedo por su integridad física. Sin embargo, la mayoría de los casos de ciberacoso quedan impunes.
En este sentido, son muchas las mujeres que deciden limitar los contenidos que publican en las redes y los comentarios que ponen en las mismas.
Internet es un espacio fundamental para el ejercicio de la libertad de expresión. Por ello, una buena opción para las empresas es informar de que en sus redes sociales no será tolerado ningún tipo de contenido sexista y las consecuencias que traerá violar las reglas. Este tipo de medidas no suponen limitar la capacidad expresión, todo lo contrario. Se encargan de asegurar que las discusiones de grupo sean inclusivas.
Jéssica Murillo, periodista experta en igualdad e intervención en violencia de género