Si Grecia ha sido cuna de la democracia, de la filosofía occidental y de los Juegos Olímpicos; porqué en el siglo XXI —y con un recién estrenado partido en el poder— no hay ninguna mujer en el gobierno helénico. ¿Dónde está la explicación? ¿Es Syriza el único responsable?
Hace más de 2.300 años Aristóteles, en su obra Política —uno de los tratados de política más importantes de todos los tiempos—, afirma que en las relaciones entre el macho y hembra, «el primero es superior y la segunda inferior por naturaleza, el primero rige, la segunda es regida». Según Aristóteles las mujeres tendrían capacidad deliberativa, pero desprovista de autoridad; «sin poder», «sin mando».
2.000 años después de esas afirmaciones otro filósofo, Rousseau, autor del El Contrato Social —manual de los doctrinarios de la Revolución Francesa—, declaraba en otra de sus obras que la mujeres debían de estar toda su vida «sujetas a la restricción más severa y constante, que es el decoro”, y que “la primera aptitud y la más importante de una mujer es la buena conducta o suavidad de carácter”.
En el año 2011, ya más de 100 países en el mundo contaban con algún sistema de cuotas, entre ellos Grecia. En España hubo que esperar a que Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (año 2007) incorporará una cláusula que obliga a que las candidaturas que se presenten para las elecciones al Congreso de los Diputados tengan una composición equilibrada de mujeres y hombres. Desde entonces, se ha creado un gran debate social en torno al llamado «sistema de cuotas«, en el que casi nunca se encuentran posturas intermedias; o se está totalmente a favor, o totalmente en contra.
Lograr paridad en los gobiernos no ha resultado fácil, y es un logro reciente, de las dos últimas décadas. Ahora, la falta de mujeres en el gobierno griego nos llama poderosamente la atención, pero no debe despistarnos e impedir observar lo que también ocurre en otros países, incluido el nuestro. Y no sólo en los gobiernos, sino también en los partidos políticos, en las asociaciones, en los sindicatos e incluso en el sistema de sucesión a la corona.
La paridad, además, debe de ser completa, deben existir igualdad de oportunidades para que las mujeres puedan ocupar cualquier puesto de responsabilidad en la estructura del estado. ¿Para cuándo una presidenta del gobierno en España, en Grecia o en Italia?¿Cuándo alcanzará una mujer la presidencia de Francia o Portugal? ¿Por qué no es mujer la lider de Syriza o Podemos?.
Algo está claro, en cuestiones de igualdad vamos muy despacio. Grecia también.