¿Afecta la elección de carrera universitaria en las brechas de género laboral? Analizamos cómo dependiendo de la rama universitaria que se elija existen sesgo de género que afectan al empleo, el salario y la estabilidad laboral.
Igualdad y Día del Trabajo
Cada 1 de mayo se celebra en España el Día del Trabajo. Un día para reivindicar también las posibles mejoras en igualdad laboral, como la brecha de género salarial o el techo de cristal. Dos hechos relacionados y que, siguiendo los pasos hacia atrás, su origen se puede encontrar en la formación. Aunque las mujeres siguen teniendo un porcentaje mayor en graduadas en educación superior —un 54,2% frente al 45,8% de hombres, según el INE— no se reparte en los mismos sectores.
En concreto, las carreras relacionadas con salud y bienestar, junto con administración, negocios y derecho, están a la cabeza del porcentaje de mujeres que se gradúan. Por el contrario, tecnología, ciencias e ingeniería están al final de la cola. Este es el motivo por el que nos preguntamos si la elección de carrera acaba afectando a la brecha de género laboral.
Carrera universitaria y brecha de género
Según un estudio elaborado a partir de la Encuesta de Inserción Laboral de Alumnos y Alumnas de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) parece ser que sí. En concreto, el estudio ‘La elección de la carrera universitaria y su impacto en las brechas de género en el mercado laboral’ analiza hasta qué punto las decisiones educativas determinan las brechas laborales de género entre las y los jóvenes graduados vascos en los últimos años.
Al centrarse la Fundación ISEAK en los comienzos de las trayectorias profesionales, mitigamos el rol de la crianza y otras cuestiones familiares que impactan en las disparidades laborales entre los sexos en etapas posteriores. Aun así, el informe revela la importancia de la equidad de género en las carreras universitarias para reducir sustancialmente la brecha de género en el mercado laboral. Sin embargo, esto no sería suficiente para lograr la erradicación de dichas brechas, incluso antes de la llegada de hijas e hijos.
Sesgo, graduación y brecha
En primer lugar, se observa que existe segregación por ámbitos de estudio entre mujeres y hombres y este será uno de los principales motivos detrás de las brechas de género encontradas. Una vez se tienen en cuenta las diferencias en la elección del tipo de estudios, los resultados muestran que mujeres y hombres no presentan diferencias significativas en su probabilidad de tener un empleo a los tres años tras su graduación.
Sin embargo, sí se observa la existencia de brechas de género significativas en el tipo de jornada laboral y nivel salarial, incluso comparando mujeres y hombres procedentes del mismo tipo de estudio y con similar edad, expediente académico, tipo de empresa, ocupación y sector.
Vida laboral y familiar
Para entender el origen de esta brecha de género laboral, hay que remitirse a las diferencias laborales en el último siglo. La continua expansión del sector servicios ha incentivado una incorporación generalizada de las mujeres al espacio público, algo que ha mitigado algunas de las históricas desigualdades entre sexos. Aun así, continúan desigualdades como cómo afecta al paro, el trabajo parcial y la brecha salarial.
Con esta base, el estudio apunta a que hay diferentes trayectorias formativas entre mujeres y hombres que constituyen un determinante fundamental de la segregación laboral entre los sexos. Al mismo tiempo, se apunta a que poseer estudios superiores es la mejor vía para la reducción de dicha segregación, puesto que el nivel de estudios es lo que determina la asignación de mujeres y hombres a sectores de actividad y ocupaciones con menor nivel de segregación.
Empleabilidad y brecha de género
Los datos muestran un patrón de preferencias dispar en función del género. Mientras los varones desproporcionadamente eligen estudiar las carreras técnicas (43%), las mujeres se decantan por las Ciencias Sociales (31,5%). Por otro lado, las mujeres, al mostrar preferencias más diversas que sus análogos varones, se encuentran también sobrerrepresentadas en las áreas de Ciencias de la Salud y Humanidades. Por último, las carreras de Ciencias Experimentales y Económico-Jurídicas muestran unos niveles considerables de paridad.
Los datos de la encuesta muestran que, mientras un 84,1% de los encuestados varones están empleados a jornada completa, tan solo un 71,9% de las mujeres lo están. Esta diferencia nada desdeñable de 12,2 puntos porcentuales, sin embargo, puede atribuirse parcialmente a la segregación educativa entre mujeres y hombres, ya que no todas las carreras ofrecen las mismas posibilidades de inserción a tiempo completo.
Más salidas, más salario
En promedio, la brecha de género en los ingresos a tiempo completo es de 117,9 € mensuales (12% del salario medio de los hombres). Las Ciencias de la Salud, presentan los salarios más altos (alrededor de 1.600 €), las Humanidades y Ciencias Sociales son las peor remuneradas (algo menos de 1.200 €). Por eso, cabe destacar que las carreras con mejor inserción laboral (entendida como obtención de empleo a tiempo completo) son también las que ofrecen una mejor remuneración.
Entonces, ¿la carrera marca la brecha de género laboral? Por consiguiente, los resultados sugieren de forma tentativa que existen causas más allá de las trayectorias educativas y la feminización de las ocupaciones que expliquen las diferencias salariales a tiempo completo entre mujeres y hombres jóvenes graduados, pero que estas, pueden llegar a afectar.
Laura L. Ruiz, periodista especializada en igualdad