En el Día de la Educación analizamos cómo esta puede ayudar a tener una sociedad más equitativa. Aplicamos Educación para la igualdad tanto en la escuela, como en la familia como en la empresa.
Acceso a la educación, también en Igualdad
Con la celebración del 24 de enero, Día Internacional de la Educación proclamado por Naciones Unidas, resaltamos que esta es vital para la Igualdad. No solo la educación es importante para poner los pilares de una sociedad más justa y formada, sino que es un escenario necesario para tener generaciones que luchan contra la desigualdad de género. Empezando por el derecho al acceso a la educación, que todavía se niega a millones de niñas y niños.
Una vez garantizado el acceso a la educación, es importante diferenciar entre la que busca perpetuar roles de géneros y la que, por el contrario, busca la igualdad. Esta puede materializarse en distintos modelos de escuela: la diferenciada por sexos, la escuela mixta y la escuela coeducativa. Mientras que para la primera, la igualdad de oportunidades no es relevante, para las otras dos sí. ¿En qué se diferencian? Mientras la mixta mantiene la igualdad entre géneros, la tercera incluye las políticas de género.
La escuela coeducativa
Con este nombre se conoce la escuela que parte de la relevancia de las diferencias tanto sociales como de género. Este modelo contempla la escuela como un espacio no neutral en el que transmiten valores patriarcales asumidos como tradicionales y que contribuye a aumentar las diferencias entre hombres y mujeres. La escuela coeducativa tiene como objetivo la eliminación de estereotipos entre sexos, superando las desigualdades sociales y las jerarquías culturales entre niñas y niños.
Pero la coeducación no es un concepto estático. Está en continua evolución. En los años 70 y 80 el debate estaba en que los niños y las niñas tuvieran el acceso a la misma educación. Una vez conseguido este punto, se puso en duda el resultado que esta idea daba en la sociedad. El aprendizaje formal, tal y como se conocía, se puso en duda entonces, ya sea por la igualdad de género como por las capacidades de cada individuo. Así se consolida la idea de que el sistema educativo no es neutro y que los resultados están mucho más comprometidos con otras cuestiones que solo el esfuerzo de cada estudiante.
Un ejemplo de buenas prácticas en educación
Como reconocen desde la ‘Guía de Coeducación. Síntesis sobre la Educación para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres’ del Instituto de las Mujeres, “en la escuela, todavía perduran elementos que reproducen y perpetúan el sexismo y las diferencias entre los futuros hombres y mujeres que formarán nuestra sociedad”. Por eso, es imprescindible que se pongan en marcha herramientas para revertir esta situación y se inspire a la comunidad en buenas prácticas que han resultado excelentes pasos a seguir.
Es el caso de la vivencia de Hernani (Guipuzkoa). En esta ciudad vasca, se introdujo la educación en igualdad en dos fases. Primero preparando y sensibilizando a padres, madres y al profesorado. Y una segunda fase con el análisis del espacio de dos centros escolares. Esto se hizo con sesiones formativas, talleres de sensibilización, así como una guía de recursos a los que acceder para saber más de lo que se puede hacer. Algo similar a los que el Gobierno de Canarias ofrece a los colegios de primaria y secundaria en este Plan de Igualdad en los Centros Educativos. También recursos como ofrecen Mujeres en Red o Mujeres en la Educación, del Ministerio de Igualdad.
Obligaciones legales en educación en igualdad
No solo el profesorado o la dirección de los centros, así como los y las responsables políticos, deben velar por la educación para la Igualdad por un compromiso, sino que es también una obligación en España. Cabe recordar que tanto la Ley Orgánica 3/2007, del 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, como la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) se manifiestan con este objetivo.
Entre otros aspectos que resaltan, el art. 24.2 de esta última ley indica la necesidad de revisar el currículo educativo o el “rechazo explícito a comportamientos sexistas o discriminativos por razón de sexo, género u orientación sexual”. También explica la formación permanente del profesorado para aplicar el principio de igualdad en las aulas, que debe estar equilibrada la presencia de mujeres y hombres en órganos de participación y gobierno de las entidades educativas o que los contenidos deben incorporar referentes femeninos.
Educar en la familia
Tanto desde las expertas y expertos en Igualdad como en las personas especialistas en educación se insiste en que la escuela no es un espacio estanco. Las niñas y niños aprenden de todo su entorno: el profesorado, las amistades y la familia. Esta es igual de importante o más que el modelo educativo, ya que la influencia es mucho mayor. Si no se complementa el refuerzo basado en la igualdad que se comparte en la escuela al llegar a casa, es imposible avanzar en las nuevas generaciones en igualdad.
Por eso, la familia, como agente de socialización, puede ser parte activa e impulsora de los postulados de la coeducación. Su participación, de forma coordinada con el centro, en el proceso educativo de los niños y las niñas ha de velar por la coherencia y reforzamiento mutuo de los valores y ejemplos desarrollados en ambos espacios de socialización, la escuela y el hogar. Lo mismo que los medios de comunicación, cuya difusión y tratamiento de los temas y las personas es clave para generar referentes o buenas prácticas.
¿Qué pueden hacer las familias para educar en igualdad?
- Erradicar los estereotipos, desterrando etiquetas o roles de género que digan a los y las menores cómo comportarse.
- Educar en positivo, motivando las aspiraciones de cada niño y niña y poniendo el foco en la individualidad de cada uno y de cada una.
- Ser el ejemplo de comportamiento en Igualdad. Nada más efectivo para lograr jóvenes no machistas.
- Tareas compartidas, ocio para todas y todos. Es importante que haya equidad en los derechos y deberes dentro del hogar.
- Educar en igualdad es paciencia, respeto y amor. La autoridad, la imposición o el deseo vivido a través de los hijos e hijas no logra menores felices.
Educación en Empresas
Ya sea desde los medios de comunicación como en el espacio laboral, la igualdad debe estar presente. Educación y sensibilización también debe estar presentes en las empresas desde varios puntos de vista. Para empezar, desde el Plan de Igualdad. Este incorporará además de mecanismos para identificar la desigualdad, herramientas y acciones para sensibilizar sobre la importancia de la igualdad entre hombres y mujeres. Una formación, una sesión con expertas o expertos o eventos informales, son solo algunas de las ideas para llevar el compromiso corporativo con la igualdad a cada persona del equipo.
Por otro lado, hay muchas acciones que la empresa debe llevar a cabo en el día a día. Ya sea desde Recursos Humanos a la hora de ofrecer un puesto de trabajo o a la hora de hacer el registro retributivo. También con todas las acciones que busquen el final del acoso, ya sea sexual o por razón de sexo, o que se dediquen a buscar protocolos que eviten que se produzcan. La clave para que todo el mundo se involucre puede ser el de fomentar una sensibilización en la plantilla para la Igualdad Efectiva en el Ámbito Laboral.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad