Día Internacional de las personas con sordoceguera

Día Internacional de las personas con sordoceguera
26 junio 2019 Concilia2

El próximo 27 de junio se conmemora el Día Internacional de las Personas con Sordoceguera. La fecha fue instaurada como homenaje a Helen Keller, la primera persona con sordoceguera que se graduó en la Universidad. Con este día se pretende crear conciencia sobre la necesidad de implementar estrategias que faciliten su integración, eliminando las barreras que aún persisten. Unas barreras que afectan más a las mujeres, especialmente en el ámbito del empleo.

Helen Keller

Helen Keller, primera mujer con sordoceguera en graduarse en la Universidad

Helen Keller nació el 27 de junio de 1880. A los diecinueve meses sufrió una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición. A los siete años creó sus propios signos para comunicarse con su familia, quien le buscó una instructora: Anne Sullivan. Con 24 años, fue la primera persona con sordoceguera que se graduó en la Universidad, llegando a ser una escritora y conferenciante mundialmente famosa. Escribió libros como La historia de mi vida o Luz en mi oscuridad. Luchó intensamente por los derechos de las personas con sordoceguera, y en 1915 fundó una organización para la prevención y el tratamiento de la ceguera. Junto con Anne Sullivan viajó por muchos países para concienciar a la sociedad sobre la sordoceguera y trabajar por el derecho a voto de las mujeres. Finalmente, falleció a los 88 años. Como homenaje a su figura, desde el año 2009 se decidió que el día 27 de junio se celebraría el Día Internacional de las Personas con Sordoceguera.

 

Barreras a las que se enfrentan las personas sordociegas

Sin embargo, su historia no es la única. Otras muchas personas se han enfrentado y se enfrentan cada día a las mismas barreas. Barreras que persisten, especialmente las relacionadas con la comunicación: quienes utilizan la lengua de signos española y sus variantes regionales necesitan intérpretes en su interacción. Del mismo modo que se precisa que los mensajes estén adaptados a diferentes habilidades lectoescritoras, braille, impresión de letras grandes… A ello se suman las barreas arquitectónicas que están presentes en todas partes. Hechos que habitualmente se ignoran. Un desconocimiento que les aisla, si cabe, aún más de un mundo que ni ven ni oyen. De ese modo, la sordoceguera no es la suma de dos tipos de diversidad funcional, sordera y ceguera, sino que es una única, con unas características, identidad y cultura propias que suponen muchas limitaciones.

Estas barreras dejan constancia de que la sordoceguera es una discapacidad tan desconocida como incomprendida, a pesar de que, a falta de un censo exhaustivo, se calcula que, solo en España, la padecen 6.000 personas. Unas dificultades que, además, afectan aún más a las mujeres, fruto de la desigualdad de género. Así, a la discriminación por ser mujeres, se suman las relacionadas con su discapacidad. Por ejemplo, la incorporación al mercado laboral es menor que en el caso de los hombres con discapacidad. Cuando acceden al empleo, lo hacen en perores condiciones: trabajos precarios, a tiempo parcial, temporales, poco cualificados, peor pagados, menos valorados socialmente y con menos posibilidades de promoción. Por ello, es preciso buscar nuevas fórmulas contra la discriminación y la desigualdad, asegurando que se apliquen medidas de acción positiva y desarrollando nuevas vías para mejorar su empleabilidad.

 

Luchar contra la discriminación y la desigualdad ante una discapacidad

Para poder desarrollarse al máximo, estas personas necesitan acceder a la educación, la cualificación laboral y, sobre todo, a servicios de apoyo especializados. De ese modo, las administraciones deben desarrollar medidas y políticas sociales específicas para que todas las personas puedan disfrutar de las mismas oportunidades. Además de fomentar la creación de centros educativos especializados y de servicios sociales que aporten una atención especializada a las personas con sordoceguera como discapacidad específica.sordoceguera

Las mujeres con esta discapacidad suelen ser vistas como si su identidad se construyese en torno a tener discapacidad, en lugar de una característica más. A ello contribuyen los medios de comunicación, que crean imágenes estereotipadas sobre ellas. El problema, es que esos estereotipos dificultan poder ver la singularidad de todas y cada una.  Ante ello, se necesita visibilizar modelos positivos de mujeres con discapacidad en entornos laborales, sociales y las relaciones interpersonales, de modo que sirvan como referentes para que otras personas avancen en el desarrollo de sus propias capacidades y deseos. Hellen Keller, es uno de tantos ejemplos.

 

Jéssica Murillo, periodista experta en igualdad e intervención en violencia de género

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