El 26 de julio se celebró en España el «Día del Abuelo«. A nivel internacional existe una celebración promovida por la ONU denominada «Día Internacional de las personas de edad«. En España, según datos del INE de 1 de enero de 2015, residen 11.100.248 personas de más de 65 años que representan el 23,9% de la población; el 55,68% mujeres, el 44,31% hombres.
Abuelos, ¿niñeras a la fuerza? 
Los titulares de prensa han destacado el papel de los abuelos en España —la palabra «abuela» no se usa— como cuidadores de los nietos y como apoyo al sostenimiento económico de la familia en estos tiempos de crisis. Efectivamente, esas afirmaciones son ciertas. En una sociedad golpeada por la crisis, con altas tasas de desempleo y de empleo precario —horarios muy largos y salarios muy cortos—, son muchas las familias que «utilizan» a sus mayores como niñeras y servicio doméstico porque su economía no puede —no quiere, a veces— afrontar otras soluciones que liberarían a las personas mayores de carga de trabajo pero supondrían un desembolso económico.
No nos equivoquemos, una cosa es que las abuelas y los abuelos tengan el derecho a disfrutar de la compañía de los más pequeños, a divertirse y a jugar con ellos —e incluso a colaborar voluntariamente en alguna de las tareas que derivan de su educación y cuidado— y otra es utilizar a personas jubiladas como servicio doméstico en economía sumergida. Una cosa es llevar a los niños al parque y darles la merienda y otra tener que levantarse durante años a las siete de la mañana para estar con los nietos antes de que los progenitores se marchen a trabajar. Una cosa es ir con ellos una vez a la semana al cine y a merendar, otra hacer diariamente la limpieza del hogar o la comida. La solución al cuidado de los menores o a la soledad de los mayores debería tener soluciones diferentes a la imposición de jornadas maratonianas a éstos; trabajos que repercuten desfavorablemente en su salud.
Realizar otra puntualización también es necesaria, abuelas y abuelos no asumen las mismas tareas, ni en calidad ni en cantidad. Si las madres trabajadoras tienen problemas para instaurar la corresponsabilidad como principio en el reparto de las tareas del hogar ¿qué no le ocurrirá a las abuelas?
Por último, el término abuelo y abuela no resulta útil cuando queremos referirnos a los once millones de personas de más de 65 años que residen en España, más acertado resulta «Día de las personas mayores» porqué: 1) el término es inclusivo, incorpora a la celebración a todas las personas mayores, tengan o no descendencia; 2) el término es neutro, no utiliza un lenguaje sexista que menciona a los hombres e invisibiliza a las mujeres y 3) las personas mayores son ciudadanos y ciudadanas; su rol no debe limitarse a desplegar ternura sobre sus nietas y nietos. El día de las personas mayores debería de ser útil también para reflexionar sobre su situación en la sociedad —y no sólo en la familia— como sujetos con derecho a participar en la economía, en el deporte, en la cultura, en la política, en el urbanismo y, en general, en la toma de decisiones sobre las cuestiones que les afectan.
Por lo que tienen y por lo que queda por conquistar, felicidades a todas las personas que cuentan con un gran patrimonio de experiencias vividas, sabiduría acumulada y/o nietas y nietos.
«Las personas de edad contribuyen de distintas maneras al desarrollo económico y social. Sin embargo, se las sigue discriminando y excluyendo de la sociedad. Debemos superar estos prejuicios para conseguir que la población sea activa social y económicamente, esté protegida y envejezca de forma sana.»
Fragmento del manifiesto del Día de las personas de edad, Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon (2014)
