El incidente en la visita a Turquía de la presidenta de la Comisión Europea evidencia que el machismo existe a todos los niveles.
Igualdad solo con traje y corbata
«Soy la primera mujer en presidir la Comisión Europea, soy la presidenta, y así es como esperaba ser tratada al visitar Turquía. Pero no lo fui”. Con estas palabras se pronunció Ursula von der Leyen sobre el incidente que la obligó a sentarse en un sofá en su visita a Turquía, en lugar de estar al mismo nivel que el presidente turco o su homólogo en el Parlamento Europeo, Charles Michel. Dos semanas han tenido que pasar para que la presidenta de la CE se pronunciara sobre el incidente. Dos semanas para salir del shock inicial, según reconoce la propia Von der Leyen, y poder denunciar una actitud machista.
“¿Qué habría pasado si hubiera llevado traje y corbata?”, se preguntó la política en su discurso en la cámara europea. “Me sentí humillada y sola, como mujer y europea. Esto no es una cuestión de sillas o de protocolo, esto llega al corazón de lo que somos, esto es sobre lo que defendemos y sobre cuán lejos estamos todavía para que a la mujer se la trate con igualdad». Así, Von der Leyen, lejos de querer minimizar el incidente como una anécdota, quiere visibilizar que el machismo y la desigualdad de género está a todos los niveles. Por eso, desde su posición “privilegiada”, como ella misma reconoce, pidió una reflexión en profundidad.
Más visibilidad al machismo
“Gracias a las cámaras, mi imagen se volvió viral, pero cada día hay miles de mujeres que sufren incidentes mucho más graves y que nadie ve”, afirmó Von der Leyer. De esta manera, la presidenta europea demostraba ante la Eurocámara que si en un momento calló también fue por no generar un incidente diplomático. Algo que a muchas víctimas de violencia machista, acoso o discriminación le sonarán familiares. En muchas ocasiones el miedo a no ser creídas, empeorar las cosas o ser tachadas de ‘exageradas’ mantiene en silencio esas agresiones. Más cuando son actitudes o situaciones de baja visibilidad como lo son los llamados micromachismos.
En el mismo discurso, la presidenta europea se reafirmaba en su intención de luchar contra la lacra del machismo anunciando que antes de fin de año presentará nueva legislación para combatir la violencia contra las mujeres, niñas y niños. Con un sentido muy amplio de lo que significa la solidaridad, el respeto y la tolerancia europea, Von der Leyen también criticó la homofobia en algunos Estados miembros. “Me parece mentira -afirmó- que en 2021 todavía tengamos que estar hablando de que todas las personas tienen los mismos derechos, con independencia de a quién amen o de dónde vengan”. Sus palabras fueron respondidas con un sonoro aplauso de los asistentes europeos.
El aliado que se mantiene en silencio
Las reacciones al incidente llegaron antes que las palabras de la propia presidenta. No solamente se descartó un error de protocolo (ya que en otras ocasiones hubo tres sillas), si no que se señaló la actitud de Michel, que no actuó ante el agravio. Muchos expertos ven en la actuación del presidente del Parlamento Europeo algo común. Muchas personas que se consideran feministas pero que no actúan. El político aseguró de forma inmediata que se arrepentía y que si pudiera dar marcha atrás actuaría: bien cediéndole su asiento, sentándose a su lado en el sofá o bien levantándose de la silla.
Michel y Von der Leyen, que han asistido juntos a la Eurocámara, solo coincidieron en que el incidente ofrece la oportunidad para esforzarse legislativamente por la igualdad, la protección de las mujeres y contra la discriminación sexual. Por eso, Michel se ofreció a hacer lo posible por desbloquear proyectos legislativos como el que impondría la igualdad salarial en las grandes empresas.
La igualdad de las mujeres, prioridad para la CE
Desde su nombramiento como presidenta de la Comisión Europea en 2019, Ursula von der Leyen fijó como prioridad la lucha contra la discriminación. Algunos pasos que ya ha dado ha sido la de presentar la Estrategia de la UE para la Igualdad de Género. Un paquete de medidas ambicioso que fue muy bien recibido por los partidos políticos que forman la Eurocámara en enero de 2021. Pese a esa disposición, la Unión Europea sigue careciendo de una ley común contra la violencia de género.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad