Tu compromiso con la igualdad, se ve en tu lenguaje (inclusivo)

Tu compromiso con la igualdad, se ve en tu lenguaje (inclusivo)
11 junio 2021 Laura L. Ruiz

Pese a las reticencias de ciertos organismos, las leyes de igualdad y las más altas instituciones de Derechos Humanos respaldan que hay que acabar con la discriminación contra las mujeres en el lenguaje.

Gestos sencillos, máxima eficacia

“El uso del lenguaje es un reflejo de las prácticas culturales y sociales del contexto social. Como parte de la comunidad, la persona desarrolla las conductas aprendidas. Correlativamente, el lenguaje condiciona las actitudes, prácticas y cosmovisiones de los pueblos». Así defiende ACNUR, el Alto Comisionado por los Refugiados de la ONU, el lenguaje incluso. Explica que «los productos lingüísticos heredados de prácticas sociales arcaicas tienen la capacidad de limitar las concepciones humanas en determinados temas” y recomienda cambios. 

Entre otras cosas, advierte el organismo, que pese a que “el lenguaje de uso diario contiene intrínsecamente un uso no inclusivo de género y su uso está aceptado de manera popular, institucional e incluso académica”, debemos modificarlo. Para ello propone integrar el lenguaje inclusivo de manera “natural” permitiendo la “ruptura de las nociones sexistas y patriarcales”. Para lograrlo ACNUR recomienda alternar el orden entre el femenino y el masculino, evitando el uso de las formas masculinas siempre en la primera posición. Eso sí, rechazan las fórmulas como el símbolo @ o la ‘x’ en sustitución de las vocales finales. 

Desde los jueces hasta las empresas, lenguaje inclusivo

En España, hasta organismos como el Consejo General del Poder Judicial se ha mostrado con la misma rotundidad. Ellos advierten que el artículo 14 de Ley 3/2007, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, establece en su apartado 11 como uno de los criterios generales de actuación de los Poderes Públicos. «La implantación de un lenguaje no sexista en el ámbito administrativo y su fomento en la totalidad de las relaciones sociales, culturales y artísticas«, establece.

Coherentemente a esto, recomiendan unas mínimas normas para evitar la discriminación de las mujeres en el lenguaje. Como “insistir en la diferenciación del uso del masculino y del femenino en la designación de profesiones y actividades. Evitar en la designación de cargos la identificación de las mujeres a través de los hombres”. También evitar el “uso excesivo del masculino” o respetar el doblar la referencia al género. 

La imagen de tu empresa, en el lenguaje y las imágenes

De la misma manera, el Instituto de la Mujer se ha implicado en que el lenguaje inclusivo llegue a las empresas. En la guía que propone el Servicio de Asesoramiento para Planes y Medidas de Igualdad en las Empresas, insiste en que la Ley Orgánica de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres le otorga “una importancia fundamental” al lenguaje inclusivo. “El lenguaje y las imágenes que se utilizan en las comunicaciones internas y externas de las organizaciones ‘hablan’ por éstas, antes incluso de que la propia organización lo haga”, defienden. Así, extienden que el lenguaje no solo son las palabras, si no que imágenes, iconos, representaciones de todo tipo deben ser también inclusivos. 

Como recomendaciones incluyen “mostrar una imagen coherente con el compromiso con la Igualdad de Oportunidades de la empresa” o “visibilizar la presencia y participación de las mujeres en la empresa”, entre otras. También insisten en sensibilizar en igualdad tanto en la empresa como hacia el exterior, promover la reflexión sirviendo como modelo de expresión verbal y escrita o contribuir al desarrollo de la sociedad como parte de la Responsabilidad Social Empresarial. 

Cómo hablar de manera más inclusiva

Desde Naciones Unidas proponen estrategias fáciles de aplicar al día a día, tanto en la comunicación formal como informal. Explican que hay distintos mecanismos para marcar el género gramatical y el sexo biológico: 

  1. Con terminaciones (chica/-o)
  2. Con la posición de palabras (padre-madre)
  3. Con el determinante con los sustantivos comunes en cuanto al género (el/la estudiante, este/esta representante). 

El organismo internacional resalta que hay palabras específicas (sustantivos epicenos) que tienen un solo género gramatical y designan a todas las personas independientemente del sexo biológico (la víctima, la persona). “Los principales retos del español para una comunicación inclusiva en cuanto al género son la confusión entre género gramatical, género sociocultural y sexo biológico», explican. 

Otro de los datos a tener en cuenta es que si la persona pide ser identificada como hombre, mujer, señor o señora, se dirijan a esa persona de esa manera. Si no existe un formulario previo, también se puede preguntar qué género prefiere para su identidad.

Otra de las formas de discriminación es dirigirse de forma general a las mujeres solo por su nombre de pila (y no con sus apellidos o cargo, como se hace a los hombres mayoritariamente). Evitar expresiones que apoyen los estereotipos de género o visibilizar la diversidad cuando esta existe, son otras de las cosas que podemos hacer para apoyar la igualdad desde el lenguaje. Fácil y efectivo. 

 

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Laura L. Ruiz, periodista especializada en igualdad

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