Los campamentos de verano son una buena solución para conseguir la conciliación de vida laboral y familiar en ese momento tan complicado, las vacaciones escolares.
Estos campamentos tienen una duración de entre una y ocho semanas, y están pensados para niños y niñas de entre cinco y dieciocho años. En cada campamento se organizan unas actividades diferentes, por lo que podemos encontrar campamentos de varios tipos. Los que se realizan en la playa o la montaña se caracterizan por el aprovechamiento del entorno para la elección de las actividades. Por ejemplo, los niños y niñas pueden hacer actividades de vela o tirolina y escalada.
Los campamentos multi-deporte basan sus actividades en varios deportes: fútbol, tenis, baloncesto, etc. Otra opción muy interesante son los campamentos que se destinan a aprender una lengua. En estos campamentos, la inmersión lingüística y la convivencia con alumnos y alumnas de otros países son una experiencia muy enriquecedora. También existen los campamentos temáticos y los que estimulan los talentos creativos , como los de la Fundación Promete, donde se realizan varios proyectos en los que se estimula la creatividad y la imaginación.
Sea cual sea el tipo de campamento todos tienen en común una serie de objetivos generales. Fomentar la independencia y la autonomía, mejorar la comunicación y la relación entre personas de su misma edad, fomentar la socialización y la integración, aprender a convivir, entre otros.
Los padres deben tener en cuenta una serie de cuestiones antes de apuntar a los niños/as en un campamento. Informarse de las instalaciones, de que los profesores, monitores, etc. estén formados y titulados adecuadamente, el precio y la duración, la ropa y material necesario… Una vez que se tenga toda la información, hay que planteársela a los niños de forma clara y sincera, para que ellos decidan si les apetece o no.