Un buen momento para el emprendimiento de las mujeres

Un buen momento para el emprendimiento de las mujeres
18 marzo 2021 Laura L. Ruiz

El emprendimiento de mujeres en España supera la media europea, incluso en plena pandemia por covid. La formación y la falta de oportunidades laborales pueden estar detrás de este buen momento para impulsar startups.

Falta de oportunidades pero no de ideas

Tras un año de alerta por covid, la crisis social, económica y laboral que ha dejado la pandemia es evidente pero, también es evidente que las mujeres han sido de las más afectadas. Ya sea por su exposición al virus o por las consecuencias laborales de este, las mujeres han estado en primera línea. Los ERTE’s, los recortes de plantillas, los contratos temporales finalizados han dado de lleno a las mujeres. Esta situación y la ya difícil tarea de buscar empleo que existía antes, han hecho que cada vez más mujeres tomen la decisión de emprender. 

Pese a que el rostro de ‘emprendedor’ sigue siendo en España la de un hombre, cada vez son más las mujeres que luchan por hacerse un hueco. Según un análisis de South Summit, las mujeres españolas que emprenden son más que las demás mujeres en la Unión Europea de media. En España, están detrás del 19% de los proyectos que comenzaron en 2020, frente al 17% de la media europea. Además, el número de proyectos en los que las mujeres forman parte del equipo fundador también supera la media europea: el 39% de los proyectos emprendedores contaban con al menos una mujer, frente al 36% europeo. Aún así está muy lejos del 50% de proyectos que cuentan con presencia femenina en el equipo como ocurre en América Latina. 

Emprendedoras¿Solas o en compañía?

Un dato que podría ser relevante a la hora de mejorar las cifras, es cómo emprenden las mujeres españolas. Mientras que la mayoría de los hombres se apoyan en uno, dos o tres socios, el 62% de las emprendedoras lo hacen solas. Esto significa que el riesgo y las dificultades de emprender también las enfrentan solas, lo que hace que la probabilidad de seguir adelante sea menor. 

Además, lo hacen en sectores como la moda, donde los pequeños emprendedores tienen el camino más delimitado, o en otros, donde la ayuda económica o los grandes inversores no llegan, como el sector del arte, la cultura o los proyectos sociales. Por contra, cada vez son más las mujeres que emprenden en el sector robótico y en el llamado ‘lifestyle’, con mucha proyección de futuro. 

Más tecnología, más posibilidades

Según este mismo estudio, las diferencias entre hombres y mujeres se van estrechando. La clave es si lo hacen a buen ritmo o no. Por ejemplo, la diferencia sigue siendo muy notable en sectores como el fintech, que junta finanzas y tecnología, pero esta comienza a acortarse. De hecho en el estudio se resalta que el uso de las tecnologías entre las emprendedoras también va cambiando. 

Mientras que el 9,4% de las startups lideradas por mujeres recientes usan las tecnologías en una parte importante de su modelo de negocio, este porcentaje se reduce al 5,5% entre las emprendedoras ya consolidadas. Una nueva forma de entender las tendencias y todo lo que la innovación puede hacer también por las ideas de las mujeres. 

Carencias que vienen de lejos

Es difícil hablar de mujeres emprendedoras en sectores en alza como la tecnología o la ciencia cuando sigue existiendo una brecha en los estudios superiores. Aunque se reduce, la cantidad de mujeres que se inclinan por estudiar las llamadas carreras STEM, es aún inferior al de los hombres. Una cifra que se reduce más aún cuando estas mujeres ya licenciadas buscan su primer contrato como investigadoras, como directivas o como emprendedoras. 

Recordemos que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible la Igualdad también en el sector económico, ya que está demostrado servirá para generar un mundo más pacífico y sostenible. Además, el liderazgo femenino es más resiliente frente a las crisis que el tradicional, lo que garantiza el futuro de muchas empresas que se muestren comprometidas con la igualdad. 

Más ganas de emprender, también menos oportunidades

Pese a que las cosas están claras, las cifras se muestran desiguales en el resto del mundo.  Según el último informe GEM Global, se muestra que la tasa de emprendimiento femenino es aproximadamente tres cuartos de la de hombres y que solo en nueve países de los 59 analizados hay paridad o las tasas femeninas son superiores. Aunque en España, en concreto, el porcentaje de mujeres que emprenden es mayor, lo hacen a pesar de las dificultades. 

“El ensanchamiento de la brecha de género atendiendo a la tasa de actividad emprendedora por oportunidad es relevante, ya que las iniciativas por oportunidad suelen presentar mayores índices de supervivencia que las motivadas por necesidad”, explica el informe. Además, también insiste en el origen del emprendimiento femenino que es, “al menos en parte, el reflejo de la falta de empleo, de una alternativa laboral mejor o de las barreras a las que las mujeres se enfrentan en el mercado laboral tradicional. Los estudios previos ponen de manifiesto que el emprendimiento por necesidad suele ser más propenso al fracaso, no orientado al crecimiento y tiende a crear trabajo más precario”.  

España, un buen entorno para emprender en femenino

Pese a las barreras, está claro que cada vez más mujeres lo intentan. Helena Torras, impulsora de emprendedoras, piensa en positivo. “Cuando empecé en 2007-2009, realmente la presencia femenina era muy escasa, por no decirte que muchas veces yo era la única”, explica Torras. “¿Qué queremos? Pues que cada vez la base de las que quieren empezar sea más grande porque al final es una pirámide y no todas las ideas que se lanzan al mercado funcionan”. 

Ella, que sabe en propia persona qué es abandonar un puesto estable por la aventura de impulsar una nueva empresa, asegura que España “es un buen entorno para emprender en femenino”. “Hay muchas comunidades de mujeres emprendedoras -explica-, de mujeres en el mundo tecnológico, yo estoy en un montón de chats de mujeres y el apoyo que nos damos entre nosotras es espectacular con mayúsculas, de verdad”. 

 


Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad

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