Los delitos de violación y otros contra la libertad sexual aumentan. Estos junto con los malos tratos en la pareja y el acoso laboral, suponen las peores caras de la violencia machista. Este 25 de noviembre, como cada año, es el momento de denunciarlo y aumentar la sensibilidad en la sociedad para que estos crímenes sean condenados y erradicados.
Menos delitos comunes, más delitos sexuales
Dos agresiones, situaciones de acoso o abusos sexuales se registraron cada hora en España en el primer semestre de 2021. Según los datos del Ministerio del Interior, los delitos contra la libertad sexual han sido más de 12.000 en este periodo. Los delitos denunciados, ya que no siempre las agresiones sexuales se denuncian.
Una peculiaridad que también se refleja en el informe de Interior. Mientras que la tasa de criminalidad ha alcanzado este septiembre su mínimo histórico (sin contar 2020), las violaciones denunciadas han crecido un 30,6%. El efecto ‘reacción’ post confinamiento así como la sensibilización por denunciar y acabar con la impunidad de estos delitos, puede ser la causa de que se denuncien más. Pero, ¿también se cometen más agresiones sexuales? Este 25 de noviembre, día internacional de la violencia de género, es el momento de analizarlo.
Violaciones, abusos, acoso y explotación
Mirando con detenimiento y desglosando las denuncias, se aprecia que aumentaron estos delitos en todas sus tipologías. Por un lado, las violaciones con penetración denunciadas llegaron a más de 1.600; otras como agresiones sin penetración, abuso, acoso, ciberacoso o ‘sexting’, por ejemplo, llegaron a más de 11.000 denuncias. En global, el número de delitos sexuales denunciados desde el inicio del año y hasta el pasado septiembre alcanzó los 12.638, casi un millar más que en los mismos meses de 2019. El aumento total es, por tanto, del 9,2%.
Por eso, el 25N, debemos resaltar esta pieza del puzle de la violencia patriarcal. Junto con los malos tratos en la pareja, la violencia económica o laboral, la violencia sexual es una de las más extendidas. Y una de las que más crece. Utilizada como arma de guerra, como medio para controlar a las mujeres, para coartar su libertad o para someterlas es el caso de la trata de personas. Son muchos los motivos que hacen que el feminismo se centre en combatir esta modalidad de violencia patriarcal.
El efecto reacción, terrorismo patriarcal
Según los y las expertas, estas cifras pueden deberse a un efecto reacción del patriarcado ante una nueva ola de feminismos. Ya pasó con el caso de la Manada y ha ocurrido igual después de denunciar otras agresiones. A juicio de Concepción Torres, profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Alicante, se trata de una evidencia de un revulsivo del patriarcado.
“Hay algo en la sociedad que se resiste a avanzar en igualdad. Y la forma de decir ‘no sois iguales’ es a través de esta violencia que sigue posicionando a las mujeres en una situación de subordinación”.
Lo mismo opina la catedrática de Derecho Penal de la Universidad de Cádiz, María Alcalde, quien cree que puede ser un rechazo a la igualdad. “Es probable que pueda haber habido algunos supuestos de violencia sexual en los que se haya materializado ese acto como rechazo a las avances”, explicó.
Solo sí es sí
Con este argumento, se ha fijado uno de los objetivos del Ministerio de Igualdad para este año. Con la llamada Ley del ‘Solo sí es sí’, la ministra Irene Montero pretende frenar estos datos de criminalidad. Empezando por definir qué es violencia y qué es violencia sexual. Imponer el consentimiento explícito, acabar con la ligereza del cargo de ‘abuso’ y aumentar en la concienciación sobre la impunidad de la violencia sexual. Además, con esta nueva normativa, se busca perseguir el acoso callejero, a los proxenetas y todo el sistema de explotación sexual de las mujeres más vulnerables.
«Las violencias machistas son la muestra más evidente de la desigualdad que sufrimos mujeres y hombres, son la condición de posibilidad del machismo», explica la ministra. Por eso, explicó Montero en el Congreso de los Diputados, “la libertad sexual constituye un eje central del derecho de ciudadanía, por eso España necesita esta ley»
Reparación de las víctimas, tanto individual como colectivo
Además de evitar estos delitos y de perseguir a sus victimarios, es importante la reparación de las víctimas. Esto va desde la sentencia hasta las implicaciones personales que puedan tener. Apoyo psicológico, restauración a través de las indemnizaciones y evitar la doble victimización en el proceso judicial. Con todo esto, se pretende que las víctimas de la violencia sexual se recuperen de la mejor manera posible.
Una recuperación que pasa por tener recursos privados y públicos a su servicio. Desde 1986, cuando se fundó la primera asociación de ayuda a las víctimas de la violación, hasta ahora ha llovido mucho. Incluso se ha pasado de ser un referente en Europa por los recursos de asistencia a cerrar los centros públicos punteros. Hoy día una de las asociaciones sin ánimo de lucro más referentes es CANVAS, que no solo atiende a mujeres o adultos.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad