Día de la Maternidad Libre y Voluntaria

Día de la Maternidad Libre y Voluntaria
10 mayo 2021 Laura L. Ruiz

Las mujeres deben conocer sus derechos tanto en el ámbito personal como laboral. Hacemos un repaso en este 10 de mayo, Día de la Maternidad libre y voluntaria. 

Leyes reproductivas y mercado laboral

En este día, se recuerda los derechos de las mujeres y la maternidad. El nombre no es casual: libre y voluntaria. Así se entiende que la maternidad debe ser, siempre elegida por la mujer, con deseo y en las mejores condiciones posibles. Fuera del estereotipo de que las mujeres deben ser madres, que esa es su única función o que la mujer que no lo es no está ‘completa’. 

Estereotipos machistas que muchas veces han impedido a las mujeres decidir sobre su propio cuerpo, como es la ley de reproducción. Desde la Transición española, se han estipulado en diferentes leyes los casos y las circunstancias en las que una mujer podría interrumpir su embarazo por decisión propia. Pese a esa garantía legislativa, todavía queda mucho por hacer dentro del sistema sanitario para que esa prestación legal y garantista sea igual que otros servicios médicos. Por eso es tan importante que la mujer tenga garantizado los pasos a dar tanto si decide ser madre cómo no serlo. 

Deseo, imposición o precariedad

En la actualidad, la situación económica es uno de grandes impedimentos que tienen las mujeres y familias para elegir libremente ser madres. Desde 2009, momento en el que estalla la crisis económica, la tasa de natalidad no ha parado de caer. Si en ese momento era de 10,65%, en 2019 fue de 7,62%. Esto sitúa el índice de fecundidad en 1,25 hijos por mujer. Porque si ya las mujeres y sus parejas se lo piensan a la hora de tener un hijo, mucho más complicada es la decisión del segundo hijo por el coste que supone. 

Además, la situación laboral de las mujeres no mejora. Ya hemos visto que las personas más perjudicadas en esta crisis por la pandemia han sido las mujeres. Lo mismo con la temporalidad de los contratos y al ser mayoría en los sectores más precarios, como el empleo doméstico. De manera generalizada la brecha de género y falta de promoción hace que también sean muchas las mujeres que se lo piensen. Una falta de independencia y seguridad económica hace que sean muchas las mujeres que retrasen la decisión de tener hijos o que incluso acaben renunciando a ella. 

Conciliación y corresponsabilidad, la tarea pendiente

Además de los problemas económicos, la dificultad de conciliar lo laboral con lo personal también frena la decisión de las mujeres de ser madres. Por un lado están el efecto de la pandemia tanto con el teletrabajo como con la conciliación laboral. Un estudio reciente hablaba que una de cada cuatro mujeres tuvo que renunciar a su trabajo de forma total o parcial para el cuidado

Por eso, no es raro que las empresas más preocupadas por sus empleados y empleadas ofrezcan medidas de conciliación, flexibilidad, servicios de cuidado infantil y priman la productividad por encima del presencialismo. Lo mismo dentro de las propias casas, donde la corresponsabilidad puede hacer más fácil ser madres. También la Administración se ha puesto manos a la obra para enfrentarse a la desigualdad, un freno para elegir la maternidad de forma libre. Desde las medidas para lograr la igualdad retributiva, hasta las nuevas formas de calcular la jubilación para no perjudicar a las mujeres que fueron madres

Derechos de las trabajadoras embarazadas

Dentro de esa legislación que asegura que las mujeres puedan ser madres de forma libre, voluntaria y sin perjudicar el resto de sus intereses, es la que ocurre durante el embarazo. Entre otras, las mujeres deben saber que no están obligadas a comunicar su embarazo en un plazo concreto. Solo está indicado por el bienestar y la salud de la gestante y el bebé. Por eso, otro derecho fundamental es el de no ser despedidas por el hecho de estar embarazadas. Como otros procesos médicos, las mujeres podrán ausentarse del trabajo para pruebas médicas o consultas. 

Además, podrá pedir que se adapte su puesto de trabajo a su estado, a la baja médica en el caso de necesitarlo antes de dar a luz, a la baja por maternidad y a la reducción de jornada una vez se incorpore de nuevo al trabajo. Con todo esto, se pretende que sea más posible la conciliación entre lo laboral y profesional y la mujer pueda decidir solo por su deseo, no por su situación laboral.


Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad

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