¿Qué es la Economía del Bien Común?

¿Qué es la Economía del Bien Común?
17 febrero 2015 Ana Olego

Economía del bien

En un marco de actualidad política y económica en el que gotean incesantemente en los informativos nuevos casos de corrupción, que espantan al más templado, y mientras un amplio sector de la población —la más formada e informada de la historia— reclama mayores dosis de transparencia, un nuevo término ha sido acuñado por el escritor y activista Christian Felber: la Economía del Bien Común. Felber había desarrollado una alternativa a los actuales sistemas económicos de gestión empresarial en su libro «Nuevos valores para la economía» (Deuticke, 2008); más tarde, estos fundamentos fueron pulidos en un segundo libro Economía del Bien Común (Deuticke, 2010).

bien común

En qué consiste la Economía del Bien Común

En la Economía del Bien Común el beneficio financiero pasa de ser el fin a ser el medio para aumentar el ‘nuevo’ objetivo empresarial: la aportación al bien común. Los excedentes del balance financiero deberán utilizarse para: inversiones con plusvalía social y ecológica, devolución de créditos, depósitos en reservas limitadas, bonificaciones a la plantilla o créditos sin intereses a empresas cooperadoras. No se utilizarán los excedentes para bonificar a personas que no trabajan en la empresa, adquisición hostil de otras empresas, inversión en mercados financieros o aportaciones a partidos políticos. En contrapartida, el impuesto sobre el beneficio empresarial será eliminado.

En la Economía del Bien Común el horario de trabajo retribuido se verá reducido escalonadamente, hacia la marca de 30 a 33 horas semanales, de modo que queda tiempo libre para otros campos de trabajo de gran importancia: trabajo de relaciones y cuidados, trabajo de crecimiento personal, y trabajo en la política y actividades públicas.

Christian Felber

Video de Christian Felber: Christian Felber- La Economía del Bien Común

En todo el mundo existen ya empresas en el camino hacia la Economía del bien común, a continuación citamos algunos ejemplos españoles: Oceanográfica (comunicación y divulgación científica), Limonium Canarias (turismo activo y educación ambiental), Art Marketing (comunicación), y Mondragón C.C. entre otras.

Sus ideas se han calificado de irreales y utópicas, pero parece evidente que un cambio, por lo menos en algunas cuestiones, es urgente y necesario. Los consumidores, que también pagan impuestos y forman las plantillas de las empresas, cada vez tienen más información y ya no les vale «cualquier producto» o «todos los métodos». Chirstian Felber afirma que «La economía del bien común no es ni el mejor de los modelos económicos ni el final de una historia, sólo un posible paso para el futuro«. Ya lo decía Cicerón (106–43 d. de C) «El bien del pueblo debe ser la ley suprema“, y nuestra Constitución recoge, de otra forma, esa misma filosofía: «Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa». Así pues, Christian Felber no debe de andar muy desencaminado.

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