LGTB: El valor de la diversidad

LGTB: El valor de la diversidad
13 mayo 2015 Ana Olego

Hasta hace relativamente poco tiempo las personas pertenecientes al colectivo LGTB permanecieron en el desierto legislativo. En el peor de los casos su comportamiento era prohibido y sancionado, en el mejor tolerado sin regulación. Ha sido en la última década donde han florecido leyes que amparan sus derechos y prohíben cualquier tipo de discriminación por motivo de la orientación sexual, también en el ámbito laboral.

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No obstante, no todas las noticias son positivas. Si la discriminación legal ha desaparecido, la discriminación real persiste. Y este hecho es preocupante porque perjudica a la persona que la sufre, a la sociedad y a las empresas que toleran comportamientos discriminatorios.

Son prejuicios comunes considerar que una persona gay tiene facultades especiales para el arte, la música, el diseño, la estética o la cultura. En cambio se puede presuponer que una mujer lesbiana siempre es ruda, fuerte y por tanto hábil para desempeñar trabajos considerados tradicionalmente de “de hombres” —guardia de seguridad, jardinera o carretillera—. Estas falsas creencias no pueden sustituir procedimientos de selección o promoción objetivos para decidir si una persona es la adecuada para ocupar o no un puesto de trabajo.

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La discriminación también adopta otras formas: despido, contratación para ocupar las categorías laborales más bajas, acoso, diferencias en el acceso a beneficios sociales, etc. Estas prácticas y comportamientos deben de ser evitados por las empresas para: 1) cumplir con la ley, 2) gestionar el capital humano con eficiencia, 3) promover un clima de salud laboral en la empresa y 4) extender su negocio a otros colectivos.

Cumplir con la ley evitará el ahorro de los costes generados por juicios y reclamaciones. Gestionar el capital humano eficazmente obliga a retener el talento y ocupar a las personas en aquellas actividades para las que resulten más adecuadas sin atender a su orientación sexual. Algo que deben de hacer quienes deseen ser líderes del mercado o extender sus límites más allá de las fronteras y cultura españolas. Promover un clima de salud laboral previene el acoso laboral, refuerza el compromiso de la plantilla con la empresa, incrementa su motivación y por tanto la productividad. Tener en cuenta que las personas LGTB son también clientela. Existen estudios sobre sus hábitos de consumo que muchas empresas ya han utilizado para extender sus áreas de negocio y captar a este público o crear servicios y productos específicos —ocio, por ejemplo—.

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Es difícil dar un dato sobre el número de personas que en España integran este colectivo, pero a buen seguro es amplio. En un estudio del año 2009 de la Facultad de Ciencias de la Educación de Málaga el 14,4% de los hombres no se declararon heterosexuales y el 11,1% de las mujeres no se consideró heterosexual. En el Reino Unidos alcanzan el 6% de la población, aproximadamente 3,5 millones de personas.

Incluir en el Plan de Responsabilidad Social de la empresa un apartado dedicado a la diversidad por motivos de la orientación sexual siempre será un acierto.

1 Comentario

  1. Trnsl 7 años hace

    Hola,alguien quiere conocerme?

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